pianista

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Manolo Carrasco

Tan necesario es conocer los instrumentos, la historia de la música o las piezas que suenan en la actualidad como lo es conocer a los creadores contemporáneos más relevantes. Es por esto que hablamos en este caso de Manolo Carrasco.

Pianista y compositor gaditano nacido en 1971, es conocido, entre otras muchas cosas, por ser el autor de la música de la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. Comenzó su formación en el Conservatorio Manuel de Falla en Cádiz con Rafael Prieto para continuar después en el Conservatorio Superior de Sevilla con Ana Guijarro y Manuel de Diego. Siguió estudiando en el Liceo de Barcelona hasta llegar al Conservatorio de El Escorial en Madrid donde tuvo oportunidad de aprender composición de la mano de Eduardo Armenteros. La composición es una especialidad que continuó estudiando en el Conservatorio Superior de Madrid a través de Antón García Abril.

Cuando hablamos de Manolo Carrasco hablamos de un creador precoz, sobre todo si tenemos en cuenta que a los 8 años ya compuso su primera obra, “Extraña andaluza”; a los 14 da su primera concierto público y a los 16 graba su primera disco, “Arena y mar”. Progresión que continuó cuando a los 19 años de edad ya dirigía la Real Orquesta Filarmónica de Londres con la que grabó Sueños de Juventud, Al-Andalus y Como bailan los caballos andaluces.

Para resumir su estilo de música podemos afirmar que es el creador de un sonido resultado de la fusión entre el flamenco y el jazz y como él mismo bien dice:” El flamenco es tan rico que me da la posibilidad de expresar lo que siento a través de él, y gracias a la música clásica, me he enriquecido como músico, permitiéndome desarrollar la técnica. Yo bailo cuando toco el piano”

 

HASTA SIEMPRE, BEBO

Lágrimas Negras son las que aún se derraman por Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro, Bebo para los amigos. El gran pianista cubano se fue el pasado 22 de marzo a los 94 años, dejándonos un gran legado musical.

En su país natal dejó huella en las orquestas por las que pasó y pronto se hizo notar en otras de mayor envergadura como la Orquesta de Machito (en Nueva York) dónde sustituyó al famoso pianista René Hernández. Poco a poco se fue haciendo más conocido y grabó con grandes figuras como Rita Montener o Celia Cruz. Antes de salir de Cuba, Bebo se atrevió a crear su propio grupo de música: “Sabor de Cuba”, compuesto por 20 músicos.

En 1960 Bebo se va a México dejando Cuba. Al tiempo viaja a Los Ángeles dónde dirigió un grupo de música. Más tarde viaja a España y aquí empezó de director y arreglista de orquestas. Bebo terminó siendo miembro de la Orquesta Habana Cuban Boys, y emprendió una gira por distintos países europeos como Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania, Finlandia y finalmente en Suecia. Es en este último país es donde se volvió a enamorar y fue padre de nuevo.

En el año 2003 le fue otorgado el premio Grammy, cuando participó en el disco de Lágrimas Negras con Diego “El Cigala”, una verdadera joya musical de boleros aflamencados. Fue su hijo Chucho Valdés quien lo relevó en su aventura musical con el cantaor flamenco. Fue con su hijo con quien ganó otro Grammy en el año 2004 gracias a su disco Siempre Juntos.

Los fieles a Bebo estarán Siempre Juntos con su música.

LA FORMACIÓN DEL PIANISTA (By: Hugo Riemann)

Si prescindimos de la edad del alumno lo mismo que del estado y condiciones tanto de su educación general como de sus conocimientos musicales en particular, es evidente que lo primero que debe aprender es el modo de orientarse sobre su instrumento y de servirse de él, de suerte que puedo producir al momento cualquier sonido o combinación que se le pida, con la expresión y el grado de fuerza requeridos. Pero para esto es necesario no sólo la formación lenta de la costumbre de todas las circunstancias locales, situación de los sonidos, distancias, dimensiones del teclado, transmisión de fuerza de ataque por medio del sistema de palancas del teclado…sino que hace falta además y muy principalmente, la educación paulatina, consecuente y homogénea del sistema muscular y aún del sistema nervioso, de todo el complejo aparato, en suma, que va desde el cerebro hasta la yema de los dedos. Para convencerse de la importancia de estos factores basta observar a una persona adulta que empiece a estudiar el piano; sus intenciones son justas, sus actos están rectamente concebidos, sabe bien lo que quiere y lo que hace falta, pero los dedos, la mano, el brazo, no obedecen, el telégrafo que transmite las órdenes del cerebro no trabaja aún de una maneras exacta e instantánea. Una educación correcta y racional debe empezar por ganar una sólida base para el desarrollo de este sentido de la orientación, determinando, primero, la posición y actitud que el ejecutante debe adoptar ante el instrumento, ejercitando luego un modo constante de ataque y combinándolo más adelante con movimientos de dificultad progresiva a lo largo del teclado. Con esta educación de carácter estrictamente técnico-pianístico, se supone que el alumno bajo la dirección de un maestro competente recibirá paulatinamente las indispensables nociones teóricas, estudio de la notación de los intervalos, de los acordes, del ritmo y del fraseo… aprendiendo a aplicarlo discretamente y, en definitiva, a poner todos sus conocimientos y recursos técnicos al servicio de la obre de arte.

JÓVENES VIRTUOSOS CON STEINWAY

En el año 1986 se convocó en Dinamarca un festival de música con el objetivo de que niños y jóvenes pudieran reunirse para intercambiar experiencias artísticas en torno al piano y la música. El interés que entonces despertó aquella iniciativa ha permitido consolidar esta convocatoria que reúne a unos trescientos jóvenes pianistas cada año Continuar leyendo “JÓVENES VIRTUOSOS CON STEINWAY”