Artista del mes

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Artista del mes: Xavier Sabata

Este mes dedicamos nuestra sección a Xavier Sabata, uno de los contratenores mejor dotados vocalmente y considerado como uno de los cantantes más versátiles de su generación. Su voz y su estilo fresco y natural se adaptan perfectamente tanto al repertorio de música barroca como al contemporáneo.

UN CONTRATENOR CON GRANDES DOTES TEATRALES

Nacido en Avià (Barcelona) en 1976, Xavier Sabata se graduó en interpretación teatral en el Instituto del Teatro de Barcelona y, posteriormente, estudió canto en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC). Continuó perfeccionando su técnica en la Musikhochschule de Karlsruhe (Alemania), donde tuvo como profesores a Hartmut Höll y Mitsuko Shirai.

Antes de especializarse en canto clásico, Xavier Sabata era un nombre conocido en teatro y televisión. No obstante, a los 26 años decidió orientar su carrera hacia la ópera.

En 2005, alcanzó proyección internacional junto a William Christie y su programa Le jardin du voix. De esta colaboración también surgieron grabaciones discográficas, tales como L’incoronazione di Poppea (Monteverdi), La Didone (Cavalli) y Sant’Allesio (Stefano Landi).

Su repertorio está muy centrado tanto en el Barroco como en la música contemporánea. Gracias a su formación en arte dramático, es capaz de enfrentarse con gran éxito de público y crítica a repertorios de música teatralizada.

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Son conocidas sus colaboraciones con grupos de renombre (Europa Galante, Collegium 1704, Venice Baroque Orchestra, I Barocchisti, Al Ayre Español, El Concierto Español, Orquesta Barroca de Sevilla, Il Pomo d’Oro, entre otros).

Ha trabajado bajo la batuta de directores de la talla de Fabio Biondi, René Jacobs, Jordi Savall, Gabriel Garrido, Fabio Bonizzoni, Diego Fasolis, Andrea Marcon, Xavier Díaz Latorre, Ivor Bolton, George Petrou, Riccardo Minasi, Harry Bicket y Christopher Moulds.

Además de ser un habitual del Teatro Real de Madrid y del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, su gran calidad vocal lo ha llevado hasta los mejores teatros de ópera del mundo: Théâtre des Champs-Elysées y Opéra Royal de Versailles (Francia), Grand Théâtre de Ginebra y Opéra de Lausanne (Suiza), Theater an der Wien (Austria), Teatro La Fenice de Venecia (Italia), Badisches Staatstheater Karlsruhe (Alemania), Opera Rara en Cracovia (Polonia).

Ha ofrecido conciertos en auditorios como el Concertgebouw (Ámsterdam), Barbican Center (Londres), Lincoln Center (Nueva York), Kennedy Center (Washington D.C.), Chaikovski Hall (Moscú), Auditorio Nacional (Madrid) y Palau de la Música (Barcelona), entre otros.

Cuenta con una extensa discografía firmada por sellos como Virgin Classics/EMI, Decca, Harmonia Mundi Iberica y Aparté. Sus grabaciones incluyen óperas de Händel (Faramando, Arminio, Ottone). Su álbum más reciente, Catharsis, se centra en rarezas de la ópera de comienzos del siglo XVIII.

NUESTRA ENTREVISTA CON XAVIER SABATA

A continuación, podéis leer todo lo que nos contó Xavier Sabata sobre su carrera musical en el mundo de la ópera. Esperamos que os guste.

1. Tu rango vocal es uno de los más peculiares en la música clásica. ¿Qué te atrajo de convertirte en contratenor y cómo descubriste esta tesitura?

Mi camino al contratenor fue, en gran medida, una cuestión fisiológica. Comencé intentando desarrollar una voz de barítono, que parecía la extensión natural de mi voz hablada. Sin embargo, al intentar subir a notas más agudas, mi voz cambiaba automáticamente a falsete en una zona de mi registro que era bastante cómoda.

Fue una revelación de lo que era mi tesitura natural. Después, casi por casualidad, descubrí un disco de “Julio César”, de Händel, con los contratenores James Bowman y Dominique Visse. Fue algo totalmente inesperado y fascinante; esa sonoridad inusual y rara, casi como de “unicornio”, me atrapó por completo. Comprendí que lo mío era el contratenor y, desde entonces, me lancé a desarrollarme en esta tesitura poco común.

2. El repertorio para contratenor suele asociarse al Barroco. ¿Qué retos y placeres encuentras al interpretar a compositores como Händel o Vivaldi, y cómo lo comparas con el repertorio contemporáneo?

Efectivamente, más del 90% de nuestro repertorio pertenece al Barroco y, en menor medida, al primer clasicismo. Aunque, cada vez más, están surgiendo obras contemporáneas para contratenores, lo cual agradecemos mucho porque expande nuestras posibilidades artísticas.

La música barroca es virtuosa y técnicamente desafiante: hay coloraturas, pasajes de legato y arias de una gran delicadeza que exigen control. No obstante, me fascina encontrar la profundidad psicológica en cada personaje. Aunque el Barroco parece a veces lejano y “artificial” en su estilo, mi obsesión es humanizar cada rol, mostrar qué hay detrás de esas voces extraordinarias.

La música contemporánea tiene puntos en común con el Barroco, ya que también busca teatralidad y, a veces, un realismo escénico. Sin embargo, el lenguaje musical es mucho más arriesgado y vanguardista. Personalmente, cuando trabajo repertorio contemporáneo o del primer Barroco, como Monteverdi o Cavalli, me siento igualmente motivado, puesto que el trabajo es similar: familiarizarme con la intención del compositor y extraer la humanidad y la fragilidad que hay en cada estilo.

3. Has colaborado con directores de orquesta de renombre. ¿Cómo influye la relación con el director en la interpretación de un rol tan particular como el de contratenor?

Hace un par de décadas, cuando comenzaba mi carrera, los contratenores éramos vistos como algo extraño, incluso entre los propios directores. En aquellos años, muchos no especializados en Barroco nos miraban con cierta curiosidad, casi como a un “unicornio” y, a menudo, nos trataban con algodones, como si nuestra voz no pudiera ofrecer la misma flexibilidad que una mezzo o un tenor.

Esto ha cambiado mucho; hoy los contratenores estamos mejor comprendidos y los directores suelen saber cómo trabajar con nosotros. Esto nos permite una relación más normalizada y una colaboración mucho más directa y enriquecedora en términos interpretativos.

4. ¿Qué papel juega la tecnología en tu preparación vocal?

Diría que muy pequeño. En mi preparación, la tecnología se limita al uso ocasional de espectrogramas para analizar cómo se forman mis vocales y cómo se agrupan los armónicos en mi voz, especialmente cuando busco el “formante del cantante”, esa acumulación de armónicos que proyecta la voz en un espacio grande y la hace sonar sin esfuerzo.

Más allá de esto, no dependo de la tecnología; incluso, si usamos un piano eléctrico en los ensayos, yo prefiero métodos tradicionales. En ocasiones, grabo una clase o ensayo para analizarlo después, pero mi entrenamiento vocal sigue siendo principalmente un trabajo físico y auditivo directo.

5. Eres un artista que se mueve con soltura entre lo operístico y lo teatral. ¿Cómo equilibras estos dos mundos en tu trabajo? ¿Sientes que la interpretación teatral enriquece tu forma de cantar?

Es una gran satisfacción escuchar eso. Creo que mi inclinación teatral “viene de fábrica”. Soy un intérprete que no teme sacrificar, en ocasiones, la pureza de la voz en pro de una mayor credibilidad del personaje. A lo largo de los años, he aprendido a equilibrar mi teatralidad y a adaptarla a distintos estilos.

Si interpreto un rol que requiere pureza en la línea, como en el primer clasicismo, modero mi teatralidad en función de la estética. La formación teatral me ha hecho un cantante más preparado y versátil, capaz de abordar cada rol con una comprensión profunda tanto en lo vocal como en lo escénico.

6. En la época barroca, los castrati dominaron los escenarios. ¿Cómo manejas las comparaciones con estos legendarios cantantes?

Para ser sincero, ignoro esas comparaciones. Los castrati y los contratenores somos fenómenos diferentes. Nadie sabe con certeza cómo sonaban los castrati, y los estudios sugieren que su sonido probablemente nos parecería extraño hoy en día.

En aquella época, la técnica vocal era menos homogénea y se jugaba más con los registros, lo que hoy nos resultaría chocante. Por eso, no tiene sentido hacer comparaciones; mi enfoque está en mi desarrollo como artista y en presentar un trabajo que me represente a mí, no a una estética del pasado.

7. Has interpretado personajes que abarcan desde reyes hasta villanos. ¿Cuál ha sido el más desafiante y por qué?

Los personajes que me resultan más difíciles son aquellos a los que el director de escena no da suficiente profundidad. Cuando, simplemente, me dicen que el personaje es “noble” o “bueno”, siento que se me queda corto. No es distinto a poner una etiqueta, como decir de un niño que es “bueno” o “malo”. Es demasiado genérico.

Sin embargo, cuando trabajo con directores que entienden la complejidad humana y profundizan en la psicología del personaje, incluso un héroe puede ser un desafío enriquecedor. No se trata de juzgar al personaje, sino de encontrar lo humano, las emociones reales que hacen a esa figura creíble en escena.

8. ¿Crees que el piano tiene un rol subestimado en la música barroca? ¿Cómo te gusta trabajar con pianistas en tu repertorio?

No diría que está subestimado, sino que la música barroca gana mayor autenticidad y resonancia con criterios históricos y con los instrumentos originales. Aunque me gusta trabajar con pianistas, prefiero reservar el piano para repertorio específicamente pianístico, como en el caso de Winterreise. En ese contexto, el piano se convierte en un compañero expresivo, que me permite explorar una sonoridad y una poesía distintas.

Trabajo bien con los pianistas que entienden la música desde una escucha profunda y una construcción poética, como aprendí en la Escuela de Lied de Karlsruhe. Lo esencial es que la pieza crezca en complicidad sonora, no en la imposición de decisiones de dinámica, y el piano es un gran aliado en este tipo de colaboración.

9. En la ópera, donde la excelencia técnica es esencial y el margen de error es pequeño, ¿cómo manejas la presión y la competencia?

La competencia es una cuestión de perspectiva; existe solo si uno la permite. Cuando trabajé en una de mis primeras óperas, Sant’Alessio, de Landi, compartí escena con nueve contratenores y la prensa nos preguntaba si había rivalidad.

Para mí, la competencia nace de compararse con otros, lo cual nunca ha sido mi enfoque. Prefiero concentrarme en hacer mi trabajo lo mejor posible, en trabajar bien con el equipo y en sentirme preparado y en paz con mi calidad artística. La competencia más dura es la interna, la exigencia de subir cada vez más el nivel en cada rol, y esa es la que prefiero afrontar.

10. Por último, si pudieras hacer un dueto con cualquier artista, vivo o muerto, ¿quién sería y qué obra cantaríais juntos?

Es una pregunta fascinante. Me encantaría cantar con Anohni, cuya música me ha cautivado desde que era Antony and the Johnsons. Sería extraordinario poder colaborar con ella, independientemente de la obra.

Y en el ámbito clásico, me gustaría hacer un dueto con Elīna Garanča, cuya voz considero una de las más bellas y técnicamente sólidas de la historia. Siempre he soñado con cantar junto a ella; estoy seguro de que sería una experiencia incomparable.

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Artista del mes: Mario Marzo

Actor, pianista y podcaster, Mario Marzo nació en Madrid en 1995. Hijo de pianistas, se puede decir que lleva la música en la sangre. Comenzó a estudiar piano con sus padres a la edad de seis años. A los 18 años, obtuvo el grado Profesional de Piano con la distinción de Premio Extraordinario Fin de Grado en las especialidades de piano, música de cámara y acompañamiento.

Tras finalizar los tres primeros cursos de Grado Superior con matrícula de honor en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, continuó su formación en la Hochschule für Musik “Hanns Eisler” de Berlín.

Este multifacético joven se dio a conocer al gran público a los trece años, cuando entró a formar parte del elenco de la serie televisiva Los protegidos. Fruto de la casualidad, pues la productora buscaba un actor joven que supiera tocar el piano, a partir de ese momento combinó la actuación con la música.

Su maestría al piano se ha visto recompensada con numerosos galardones, como los obtenidos en el concurso Veguellina de Órbigo (León) y el concurso Intercentros (Comunidad de Madrid).

Ha actuado como solista con la banda de música del Conservatorio Profesional de Música de “Amaniel” y junto a la orquesta sinfónica del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, bajo la batuta de Jesús Amigo. Además, lo hemos podido ver en recitales como los de la Hammerklavier International Series de Barcelona y el Steinway Hall de San Francisco, entre otros. También grabó un recital de piano y música de cámara en el ciclo “Jóvenes Intérpretes”, de Radio Nacional de España.

En la actualidad combina su faceta de padre de gemelos con la de pianista y creador de contenido. Presenta dos pódcast con gran número de seguidores, que no le pierden la pista en las redes sociales.

NUESTRA ENTREVISTA CON MARIO MARZO

A continuación, puedes leer todo lo que nos contó Mario Marzo durante la entrevista con Hinves. 

1. Pianista, daltónico e influencer: ¿cuál de las tres facetas pesa más en tu día a día?

Daltónico, sin duda. Combino mal la ropa, les enseño mal los colores a mis hijos… Las facetas artísticas tienen más o menos peso en mi vida, dependiendo de los proyectos, pero ver el cielo rosa es para siempre.

2. ¿Cuál es tu primer recuerdo con un piano? 

Con la música de piano, escuchar el tercer concierto de Rachmaninov interpretado por Martha Argerich durante un viaje en coche con mis padres a Cádiz. Yo tenía cuatro años y cantábamos juntos el primer movimiento de principio a fin. 

Con un piano como tal, era el Yamaha de mi casa, recuerdo a mi padre y a mi madre sentados a él, dando clase a sus alumnos. Mi padre dice que yo me dormía las siestas bajo el piano con ocho meses, pero no lo recuerdo. Tendremos que creerle.

3. En tus redes sociales combinas contenido mainstream con otro de índole musical. ¿A la gente joven le interesa la música clásica?

Mucho más de lo que pensamos. Es cierto que hay muchísima más gente joven a la que no le interesa la música clásica que a los que sí, pero eso no significa que los jóvenes no quieran emocionarse, no se sorprendan ante el virtuosismo o que les parezca cosa de viejos.

Tienen mucho más acceso a la música del que teníamos cuando yo tenía siete años y viven con pasión lo que les gusta. Ahora falta echarles una mano y mostrarles el maravilloso mundo que la música les puede abrir.

4. Ves en una estación de tren un piano vacío. Te sientas. ¿Qué sería lo primero que empezarías a tocar y por qué?

A mis 18 años aprendí por las malas que si tocas uno de esos pianos, puedes perder un tren. En la estación de trenes de París, encontré un piano y me puse a tocar el Scherzo 3 de Chopin, que estaba estudiando por aquel entonces.

No lo tenía memorizado por completo y las partes más complicadas no las tenía “en dedos”, pero aproveché la oportunidad para estudiarlo un poco. Agrupé a un pequeño público que me aplaudía en las pausas, empecé a tocar otras piezas, la sesión de estudio comenzó a convertirse en un recital… y nunca llegué a la cena a la que me habían invitado.

5. ¿Sientes prejuicios por parte del mundo de la música clásica al ser pianista e influencer?

Muchos, pero los entiendo. Uno de los atributos que siempre me han alabado es ser un artista “interdisciplinar”, cualidad que considero me convierte en mejor profesional. Estudiar las sonatas de Beethoven me hace mejor actor; los rodajes y un guion hacen que toque mejor a Schumann. 

Pero, curiosamente, creo que también es una cualidad que juega en mi contra. Me consta que varios directores y programadores no me han escuchado “porque es actor”. Prefieren a un pianista que solo tenga el piano y que, si su nombre les suena, sea por lo que hacen en la música. Entiendo la reticencia, pero me encantaría que me escucharan.

6. En 2024, ganaste el premio Ondas al mejor pódcast revelación con “¿Quieres ser mi amigo?”. Este mes estrenas tu siguiente pódcast, “El vomitorio”, que casualmente es un pódcast de música. ¿Está el público mainstream preparado para escuchar un pódcast de música clásica?

“El vomitorio” es un pódcast de arte que pretende descubrir al público esas historias y curiosidades que querrán contarles a sus amigos. Los primeros episodios han sido grabados en colaboración con la Quincena Musical de Donosti y Les Arts, en Valencia, pero nuestro objetivo es comunicar, siempre con pasión y emoción, desde las obras maestras de la música clásica hasta las galerías de los mejores museos del mundo.

El nicho de público de pódcast apasionado por la divulgación es el tercer mercado más grande dentro del mundo de las ondas. La gente quiere aprender, quiere conocer y quiere descubrir. Cómo Beethoven plantó cara a Napoleón, la leyenda de Mendelssohn, un carnicero y Bach… Son historias increíbles que entretienen y ayudan a comprender mejor el contexto.

7. Si alguno de tus hijos quisiera ser pianista, ¿qué consejos le darías y de qué forma te gustaría que encauzara su educación?

Como me dijo mi madre cuando le comenté a los seis años que quería tocar el piano: “¿Por qué no eliges un instrumento más fácil?”

8. ¿Por qué la ambición de ser solista está tan extendida entre los pianistas?

Todos queremos ser como nuestros ídolos. Los pianistas tenemos tanta variedad a la que admirar que nos aseguramos enamorarnos platónicamente de la figura de un solista. Te puede gustar Gould, Richter, Schiff, Trifonov… Hay mucho donde elegir y verse reflejado.

9. Tres libros y tres películas que todo el mundo debería leer o ver. 

Los tres libros que recomiendo son Ensayo sobre la ceguera, Meditaciones de Marco Aurelio y Sapiens: de animales a dioses. Como películas, Blue Valentine, Cinema Paradiso y Parásitos.

10. Un deseo que le pides a la vida para los próximos años.

Que me siga apasionando tanto mi trabajo. Espero no perder nunca las noches sin dormir por la emoción que me provocan los proyectos en los que trabajo.

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Artista del mes: Martín García

Con tan solo 27 años, el pianista asturiano Martín García García está considerado de las figuras más relevantes del panorama pianístico internacional. Nacido en Gijón, comenzó a tocar el piano a los cinco años.

UN JOVEN PIANISTA CON GRAN TALENTO

Antes de cumplir 12 años, ya había sido distinguido en numerosos concursos, como “Piano Junior” (Barcelona, 2005), primer premio en el “Antón García Abril” (Teruel, 2006), primer premio en el concurso “Santa Cecilia” (Segovia, 2006), primer premio “Ciudad de San Sebastián” (2008) y Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España (Alcalá de Henares, 2008). Fuera de nuestras fronteras, obtuvo el primer premio en el concurso internacional de música para niños “Rotary International” (Moscú, 2008).

Estudió con Natalia Mazoun e Ilyá Goldfarb en la Escuela de Música Viva Tchaikovsky, en su ciudad natal. Más tarde, accedió a la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en Madrid, donde obtuvo su Grado Profesional en Música de la mano de su profesora, Galina Eguizárova, y la mención de alumno más sobresaliente de su cátedra.

También ha estudiado en la prestigiosa Mannes School of Music de Nueva York, con Jerome Rose, donde obtuvo el máster en Piano.

PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS

Su amor por el piano, su dedicación y su esfuerzo le han servido para alzarse con numerosos premios. Además de los ya mencionados, destacan galardones como:

  • Primer premio en el “Concurso Compositores de España” (2005)
  • Segundo premio en el “Concurso Internacional de Jóvenes Pianistas Anna Artobolévskaya” (2005)
  • Primer premio en el “Concurso Infanta Cristina” (2008)
  • Primer premio en el “International Keyboard Institute and Festival” de Nueva York (2018)
  • Primer premio en el “Cleveland International Piano Competition” (2021)
  • Tercer premio y premio especial a la mejor interpretación de concierto en el “Concurso Internacional de Piano Chopin” de Varsovia (2021)
  • Premio “Jeffrey Tate” de la Orquesta Sinfónica de Hamburgo (2022)

Su debut internacional tuvo lugar en el Carnegie Hall de Nueva York, en el año 2022. Desde entonces, su actividad pianística a lo largo del mundo ha sido imparable.  

CONCIERTOS, RECITALES Y SU PRIMER ÁLBUM

A lo largo de 2022, Martín interpretó más de 70 conciertos en América, Asia y Europa. Una de sus actuaciones más exitosas tuvo lugar en Japón. Allí ofreció una gira de 14 actuaciones ante 25.000 espectadores, con una excelente acogida en uno de los grandes templos internacionales de la música, el Suntory Hall de Tokio.

El pasado año fueron 80 conciertos por todo el mundo, además de su debut en Corea, México y Brasil. Sus recitales no solo han llegado a Japón o Estados Unidos. Su música ha sido aclamada en salas de Canadá, Polonia, Italia, Portugal, Bélgica, Lituania y Luxemburgo, entre otros países.

Ha actuado junto a prestigiosas orquestas, como la NHK Symphony Orchestra, Seoul Philharmonic Orchestra, Hamburg Symphoniker, Warsaw Philharmonic Orchestra, Lithuanian National Symphony Orchestra o la Orquesta de Brasilia.

Su primer álbum, producido por el propio Martín, ya está disponible en plataformas digitales. Con el título “Chopin and His Master” (2022), el disco fue grabado en la sala de la fábrica de pianos Fazioli en Sacile (Italia). En su repertorio incluye obras de Bach, Chopin, Liszt y Scriabin.

NUESTRA ENTREVISTA CON MARTÍN GARCÍA

Ya hemos repasado los principales hitos artísticos de Martín García. A continuación, profundizamos en otros aspectos menos conocidos del artista. Esperamos que os guste nuestra entrevista.

1. ¿Cuál es el primer recuerdo que conservas de un piano?

Mi primer recuerdo es bastante difuso, pero lo que sé seguro es que es en Gijón, en casa de mis padres. Recuerdo el Yamaha U1 en el que estudiaba durante muchas horas desde los 5 años, con sus bisagras doradas a los lados de la tapa… Y recuerdo despertarme a veces muy temprano y estudiar en el Clavinova (que tuvimos que comprar porque los vecinos no estaban muy contentos) antes de ir mis padres, algunos amigos y yo, de ruta por los Picos de Europa. Se me vienen pequeñas trazas de recuerdo, pero ninguno muy concreto, ya que no recuerdo un solo momento en mi vida sin la música o el piano.

2. ¿Cómo se decide ser pianista y qué factores determinaron tu decisión?

Nunca tuve que tomar una decisión radical porque mi vida fue siempre ligada a la música. Ser pianista fue gradual. Es prácticamente imposible decidir: “Voy a dedicarme a esto.”

Desde muy temprana edad, ya estaba pensando en Prokofiev, o Beethoven y estudiando sobre cuál es la mejor solución para cualquier factor que vaya ligado a crear o interpretar música. Siempre creí que la música era la mejor herramienta para trasladar valores morales o trascendentales sin ningún tipo de prejuicios a nivel internacional.

También fue siempre claro que, incluso si se introduce uno tan de lleno en la música, es posible que no se vaya a dedicar a ello por diversas razones… Una de esas razones puede ser la suerte, otra, muy importante en el mundo de las artes escénicas, tu carisma. Pero hay más.

3. A la hora de crecer como intérprete, ¿hasta qué punto es esencial contar con un buen instrumento?

Tan relevante como lo es para cualquier otra tarea o trabajo en el mundo. Sin un buen procesador de textos, no podría estar escribiendo estas palabras; sin un buen cincel, un escultor o albañil está perdido; sin una buena bicicleta, un corredor de élite está muy por detrás. No creo que haya ni una sola tarea en el mundo que no requiera de una buena herramienta si se realiza concienzudamente.

4.  ¿Crees que el piano, como instrumento, ha llegado a su máximo nivel de desarrollo? En caso negativo, y aventurándonos en el mundo de la fantasía, ¿cuáles piensas que podrían ser los próximos avances del instrumento?

El piano va siempre desarrollándose. En los siglos XIX y comienzos del XX, los pianos hicieron bruscos cambios y se adaptaron a las demandas de los artistas. Había pianos Broadwood y Pleyel que eran tan diferentes como la noche y el día. Las invenciones que se hicieron para satisfacer a los artistas, como el mecanismo de doble escape de Erard y sus posteriores variaciones, y las de otros fabricantes, son impresionantes. Pero la innovación en la producción de pianos se ha estancado un poco después de 1950.

Decir que el piano llega a su nivel máximo de desarrollo es decir que tenemos muy clara la idea de qué es un piano perfecto. Pero no la tenemos… El mejor piano debería ser siempre aquel que produce un sonido que se asemeje a la voz humana. Todo aquello que ensucie ese sonido y lo haga más artificial es siempre en detrimento del artista.

¡Hay algunos avances en el instrumento que podemos seguir viendo día a día en distintos fabricantes, y algunas veces el mundo real supera al de la fantasía! He visto ideas fantásticas como la de Bogányi, creando tapas curvadas en los pianos para que el sonido se refleje de forma más efectiva hacia una sala, o estudiar la posibilidad de utilizar otros materiales aparte de la madera para la construcción de un piano (como la fibra de carbono). Steinway ha empezado a revisar y regular el sistema de apagadores de sus mejores pianos, haciendo el uso del pedal mucho más cómodo para los pianistas. Todos los fabricantes intentan buscar algunas soluciones para, continuamente, adaptarse a los pianistas, y mi imaginación es mucho menos poderosa que todos los buenos fabricantes de pianos del mundo unidos en búsqueda de nuevas ideas.

5. El pianista concertista es un animal de naturaleza solitaria. ¿Cómo se gestionan esos periodos de viajes, hoteles, conciertos, en donde el silencio todo lo abarca? ¿De qué forma te entretienes en los momentos en los que el piano no es suficiente?

Es curioso, porque el piano es siempre suficiente cuando uno está de gira, ya que hay mucho que hacer antes de cada concierto. Y yo intento que cada viaje sea igual que estar en mi casa. Escucho jazz, leo libros (el que haya caído en mi mochila), respondo e-mails, me tomo un café… El mundo no es nada silencioso si uno se fija en él. Y, hoy en día, teniendo un trillón de apps en nuestros teléfonos para comunicarnos, tenemos ese aspecto más fácil.

De hecho, ha llegado un momento en el que toda la idiosincrasia del mundo del piano me hace, en ocasiones, echar de menos estudiar y tocar para mí mismo. Estoy muy contento cuando tengo una sala y 6 o 7 horas libres en silencio delante de mí con un piano; es como hacer un reinicio de mi sistema y comenzar de nuevo, como un ordenador.

6. El 12 de marzo debutas en el Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo, el ciclo de piano más antiguo de Europa. ¿Qué tienen Chopin y Brahms para ser los intérpretes escogidos para esta ocasión?

Estoy muy feliz de llegar al Ciclo de la Fundación Scherzo este año. Es increíble.

A nivel general, ambos compositores son dos de los más grandes creadores de la historia. Y ambos se apoyaron en música abstracta y no programática, lo que los hace eternos en un sentido. La capacidad que ambos tenían para crear momentos de reflexión personal en cualquier oyente de cualquier era inasible.  Chopin es el mejor amigo de los melómanos que hayan escuchado al menos una vez en su vida el sonido de un piano. Él es, además, como es lógico, mi buen amigo desde 2021. Y Brahms es como la mayoría de nuestros abuelos, que nos pueden contar algo mucho más importante y profundo que lo que nos pueda comunicar Nietzsche en un “Así habló Zaratustra”. Y esto lo pueden hacer tanto nuestros abuelos como Brahms con simplicidad y pocas palabras.

¿Qué mejores gigantes de nuestra cultura que Chopin y Brahms para mi debut?

7.  ¿Qué buscas cuando pruebas pianos?

Busco un sonido redondo, que se asemeje a la voz humana. Busco rango agógico y rango tímbrico, que pueda ser usado para recrear el sonido de distintos instrumentos. Y en la acción busco un término medio entre progresividad en la tecla, sensibilidad y respuesta. Cuando encuentro un buen balance entre estos tres factores, hay comodidad.

8. ¿Qué consejo le darías al pequeño Martín de 13 años que sueña con ser pianista?

Sé paciente y estudia mucho. Ese consejo ya me lo daban bastante, pero aun así, una persona más siempre es bienvenida si se mira a la larga.

9. ¿Cuál fue la mayor lección que aprendiste durante las duras pruebas del premio Chopin de Varsovia?

Que hay que relativizar un poco los momentos singulares de mayor tensión. Si en el mismo día intentase poner en perspectiva y entender qué significa estar en el escenario de la Filarmónica de Varsovia, en la tercera fase del XVIII Concurso Chopin, tocando la Tercera Sonata del homónimo, no saldría nada bien. Básicamente, aprendí que un ser humano ha de ser tratado de forma distinta a una máquina. El trabajo es el mismo, pero la aproximación a él es muy importante. No es tanto el “qué” o el “cuánto”, sino el “cómo”.

10. Por último, una serie, un libro y una película a los que volverías una y otra vez y por qué.

Serie: House. La volvería a ver por los pocos pelos en la lengua que tiene nuestro querido Hugh Laurie en la serie; una persona genial para su trabajo, pero muy atormentada en su vida personal, y a veces muy disfuncional. Nos hace pensar en muchos episodios sobre cuestiones morales desligadas de la inteligencia.

Libro: Narcissus und Goldmund, de Hermann Hesse. La dicotomía de dos personas completamente opuestas, pero artísticamente geniales y trascendentes en su relación con el mundo y consigo mismos, es fascinante.

Película: Godfather. No creo que tenga que decir ninguna palabra sobre esta película. ¡Yo creo que ya se ha dicho todo sobre ella!

Artista del mes: Pepe García

Pepe García (Granada, 2003) lleva la música en la sangre. Así lo ha demostrado en cada una de sus intervenciones musicales junto a su fiel compañero: el piano. Por más que la vida le ha ido poniendo obstáculos, él ha superado cada una de ellos, y no solo en el ámbito musical. A sus 20 años, también es esquiador alpino de élite y estudiante de Ingeniería Informática. Hoy es el protagonista de nuestra sección “Artista del mes”.

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