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Artista del mes: Silke Ribes

En esta ocasión nos entrevistamos con la joven pianista alicantina Silke Ribes. Nacida en Dénia el 22 de octubre de 2003, asombra por su gran trayectoria musical pese a su juventud.

Con tan solo 21 años, Silke Ribes ha actuado en prestigiosos escenarios como el Palau de les Arts “Reina Sofía” y el Ateneo Mercantil de València, la Sala Maëne (Bruselas), la Sala Gesuiti (Venecia), Auditorio CAM (Murcia) o el claustro noble del Real Colegio de San Bartolomé en Granada.

Estudió el grado medio de Piano en el Conservatorio Profesional de Teulada (Alicante), donde obtuvo las más altas calificaciones y el premio extraordinario de Grado Profesional. Continuó su formación en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, con Luis Fernando Pérez e Ignacio Marín. Además, ha recibido clases de piano de los maestros István Székely, Juan Lago y Jesús Gómez.

Ha sido componente aspirante de la Orquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante (OJPA) y la Joven Orquesta de la Ciudad de Motril (JOCM). Entre sus logros más significativos, merece una mención especial su beca para estudiar en el Curtis Institute of Music de Philadelphia, instituto de alto rendimiento que se considera el mejor conservatorio de Estados Unidos y una de las mejores instituciones musicales del mundo.

Aunque su repertorio se centra, sobre todo, en Beethoven, Prokofiev, Liszt y Rachmaninov, Silke se confiesa muy amante de la música española. Entre sus proyectos, le gustaría contribuir a recuperar el amor por la zarzuela y conseguir que las nuevas generaciones aprecien la música clásica, sin dejar atrás las posibilidades de desarrollo de estilos como el jazz o el blues.

En su opinión, un buen músico debe saber apreciar un gran abanico de estilos y familiarizarse con otras artes que están conectadas con la música.

NUESTRA ENTREVISTA CON SILKE RIBES

A continuación, puedes leer la entrevista con Silke, en la que nos habló de su primer contacto con la música de piano, su evolución, sus proyectos actuales y su visión sobre el futuro de la música clásica.

¿Qué te llevó a elegir el piano como instrumento y decidir dedicarte profesionalmente a la música? ¿Hubo un momento clave?

Todo empezó por mi madre, ya que ella estudió el grado profesional de piano y quiso que su hija pudiera tocar el piano también. Cosa que hizo que escuchase música clásica desde antes de nacer y que me pusiese al piano a los 3 añitos con pegatinas de Mickey Mouse. Así que realmente podemos decir que he nacido en un entorno musical en el que el piano tenía todas las papeletas de ser mi instrumento.

Has estudiado en un conservatorio y participado en programas internacionales. ¿Es muy dura la vida de un estudiante de música clásica?

Es una vida bastante sacrificada que requiere de muchas horas de estudio, días sin salir y tener que renunciar a muchos aspectos de la vida cotidiana de un adolescente, pero te aporta unos valores y un compromiso que, a día de hoy, hace que sea más propensa a tener disciplina y sacar adelante todos mis proyectos.

Asimismo, llevo concursando desde los 8 años y siempre ha sido algo complicado compaginarlo con el colegio y el instituto. Además, mi vida como concursante de piano ha sido bastante decepcionante desde pequeña, debido a la gran cantidad de injusticias que he presenciado, viendo que mi madre y yo íbamos de la mano a los concursos, sin conocer a nadie ni nada de ese sector, y que, por mucho que trabajases las obras con 7, 12 o 18 años, te encontrabas con que esos reconocimientos ya tenían nombre y apellidos.

Por ello, me quedo con que, a pesar de esas injusticias, al haber trabajado tanto las obras que quería llevar en el momento, me siento muy orgullosa de que los reconocimientos que tengo, sean son solo míos.

¿Crees que los conservatorios están diseñados para formar músicos completos o solo solistas? ¿Qué facetas importantes se quedan fuera?

Creo que se pretende formar músicos completos, aunque actualmente pienso que la mayoría de los conservatorios siguen adoptando el modelo de formación de hace más de 100 años y no se nos prepara para lo que ahora realmente se percibe como músico completo, de manera que resultamos ser solo solistas. 

Algo fundamental para mí sería tener una asignatura en la que se abarcasen suficientes conocimientos como para poder promoverse uno mismo como artista y adquirir habilidades como elaborar facturas, conseguir conciertos, gestionarse en el escenario, saber potenciar su marca personal como músico solista, entre otras cosas. En resumen, prepararnos como artistas de manera más actualizada, aparte de lo técnico y musical.

Si pudieras rediseñar el sistema educativo musical, ¿qué es lo primero que cambiarías?

A mi juicio, los estudios de conservatorio están enfocados en sacar intérpretes en cadena y creo que es la salida laboral con menos demanda por parte del público, ya que actualmente existen muchas profesiones dentro de la música mucho más solicitadas, y que, sin embargo, los alumnos no saben ni que existen.

Si por mí fuese, crearía talleres y charlas en las que los alumnos pudieran tener acceso a conocer las distintas ramas dentro de la música clásica. Mejoraría la salud mental de los músicos para que pudiesen sentirse felices y seguros de sí mismos si toman la decisión de elegir otra rama. De esta manera, si no quieren ser solistas, no es una derrota para ellos y su entorno, ya que lo estándar sería que un músico fuese solo intérprete.

Hoy en día, parece que un músico necesita ser intérprete, creador de contenido y hasta emprendedor. ¿Crees que es posible sobrevivir en el mundo de la música clásica sin las redes sociales?

Se puede compaginar, en el mejor de los casos, con ingresos estables, dando clase en un conservatorio, entrando en alguna orquesta grande y ganando concursos que te ayuden a mantenerte y a potenciar tu carrera. Siendo realista, ese objetivo se consigue cuando uno ya ha pasado por el  aro de tener carreras y másteres, de modo que, por el hecho de tener más puntos, sea la persona elegida para dar clase. 

Siento que es inevitable no tener redes sociales, ya que lo que no se publica en redes, parece que simplemente no existe. Es por ello que estar conectado y visible, me parece muy importante y necesario. Primero de todo, si tienes un proyecto creativo, subirlo a redes te puede ayudar mucho a que la gente te conozca y perciba el contenido de valor que quieres aportar. Además, sirve para que las personas de tu misma profesión te conozcan a través de ese proyecto que estás potenciando ligado a tu marca personal. Las redes sociales son una herramienta que, sin lugar a dudas, si las utilizas a tu favor, te van a ayudar mucho. Personalmente, es lo que me ha abierto las puertas a recibir más oportunidades y a formar parte de una bonita comunidad de personas, músicos y no músicos.

Tienes experiencia como divulgadora y docente, además de intérprete. ¿Cómo encajas todas estas facetas en tu carrera y qué te aporta cada una?

La verdad es que, a veces, me vuelvo un poco loca intentando llevar mi vida, pero lo más importante es que cada semana trato de priorizar una actividad por encima del resto. Focalizar la atención durante todos los días en dar clases, preparar repertorio, estudiar asignaturas y hacer contenido es un método que, a largo plazo, te puede quemar mucho y que te hace sentir que no llegas a todo, porque siempre le das el mismo nivel de atención a todo.

Hace nada tuve que hacer un examen de piano en el conservatorio, así que estuve tres semanas focalizando mi atención solo en sacar ese examen. Sabía que si lo aprobaba en diciembre, no tendría que volver a examinarme en abril y así me podría centrar en otras cosas.

El piano ya no es que me pueda aportar, sino que es algo que lleva estando conmigo toda la vida y con el que siento que puedo expresar un aspecto de mi persona a través de la música que toco, sobre todo, con la música que me apasiona, como es la música española.

Sin embargo, la enseñanza es una profesión que lleva en mi vida cuatro años y que disfruto mucho. Me aporta el poder introducir a otras personas en lo maravilloso que es tocar el piano y, también, poder aprender de mis propios alumnos a lo largo de los meses, con quienes establezco un vínculo que me llena mucho como músico y persona.

Por último, la divulgación. Algo que ha supuesto un gran cambio en mi vida, me ha ayudado a descubrir que me encanta hacer vídeos explicando obras, compositores o estilos, mayoritariamente de música española, porque vi que era un contenido que faltaba en redes. Por otro lado, poder mostrar la realidad en la vida de un músico (grabar mis sesiones de estudio, mis reflexiones, mi evolución con las obras, los conciertos a los que voy…) sirve para humanizar nuestra profesión y que no parezca que somos ese minuto de perfección colgado en Instagram y ya.

Ofreces clases con enfoque en musicoterapia. ¿Qué aporta realmente esta disciplina al aprendizaje del piano y a la conexión con los alumnos?

La música, como yo la entiendo, son sensaciones y emociones que, de una manera u otra, al final se expresan mediante la técnica. Con mis alumnos, siempre intento equilibrar las clases y adaptarlas al momento, teniendo como referencia a mi madre, que es profesora de música de primaria.

Ella me parece el claro ejemplo de una profesora que conecta con sus alumnos a través de la música, haciendo instrumentaciones para que puedan sentirse partícipes del proceso de creación en equipo de una obra o canción, tocando el ukelele para que desarrollen independencia y coordinación, enseñando diferentes musicogramas y ofreciendo información visual sobre los elementos que componen una pieza musical para ayudar al alumno a comprenderlo.

Trato de extraer todos esos elementos y plasmarlos a través de las clases de piano, combinando lo técnico y musical con el desarrollo de su oído, su interés por la música clásica y el instrumento, además de sus capacidades motrices.

Como joven pianista, ¿cómo ves el panorama musical en España? ¿Sientes que hay suficientes oportunidades para las nuevas generaciones?

El panorama musical en España cada vez lo veo más difícil actualmente por varias razones. Primero, existe mucha gente brillante que destaca en su instrumento, pero no hay puestos de trabajo para todos como intérpretes. Segundo, cada vez hay menos dinero en las orquestas, ya que las instituciones públicas hacen recortes en el presupuesto destinado a cultura. Tercero, los programadores de las instituciones musicales siguen siendo muy conservadores a la hora de programar a los artistas.

Respecto a la segunda pregunta, he de decir que hay oportunidades para las nuevas generaciones de músicos en España, pero creo firmemente que todo empieza por tener un proyecto musical creativo y diferente, que llame la atención, para posteriormente poder optar a tener oportunidades laborales.

¿Qué crees que hace falta para que la música clásica conecte más con el público joven? ¿Las redes sociales son la clave o hay algo más?

En primer lugar, pienso que hace falta que las instituciones cedan un poco más en intentar adaptarse a la actualidad. Un perfecto ejemplo serían los conciertos de bandas sonoras. Este formato ha sido un  boom total, sobre todo entre gente que no ha escuchado mucha música clásica. Gracias a esto, se ha generado en ese público una necesidad que hasta ese momento no existía: escuchar en su día a día bandas sonoras. Esta situación deriva en que la sociedad sea más propensa a introducir música clásica en su vida y descubra que puede sentir las mismas sensaciones que con las bandas sonoras.

Las redes sociales me parecen superimportantes para divulgar la música clásica y creo que le están haciendo un favor enorme. Conozco a dos violinistas con un canal de YouTube llamado “Two Set Violin” que, gracias al contenido que hacían, acercaban el violín a más de 4 millones de personas de manera muy divertida, amena y educativa. También sigo a Tiffany Poon, una concertista que expone su vida de conciertos, su forma de estudiar y aspectos de la vida del pianista que no se suelen mostrar.

Quiero decir, las redes me parecen una herramienta muy poderosa para aproximar la clásica a un público joven (y que ya la están acercando bastante). Algunas instituciones aún son un poco reacias a adaptarse y me parece que deberían darle una oportunidad.

Mirando al futuro, ¿te ves explorando más la interpretación, la enseñanza, la divulgación o incluso otros formatos creativos dentro de la música?

Me veo haciendo un poco de todo, la verdad. Dando clase en un superior, combinándolo con seguir en redes, llevando a cabo mi objetivo como músico, además de seguir poco a poco con mi investigación sobre compositores de música española de los siglos XIX y XX.

Admito que no podría quedarme solo con una de las facetas porque, justamente, el poder complementar distintas ramas de la música clásica es lo que más feliz me hace.

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