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Marcos Castilla, la joven promesa del piano

Con tan solo 15 años, Marcos Castilla ha logrado cautivar al público y al jurado del programa “Tierra de Talento” de Canal Sur, que se refirió a él como “el mejor pianista que ha pasado por Tierra de Talento” tras seis ediciones ¡Y no es para menos! Sus manos hacen arte en el piano, fusionándose completamente con el instrumento.

EL PASO DE MARCOS CASTILLA POR TIERRA DE TALENTO

Estudiante de quinto de piano profesional y 1º de Bachillerato en el Colegio El Romeral (Málaga), Marcos Castilla ya es conocido por todos por ser el ganador del programa “Tierra de Talento”.

“Tierra de Talento” es un concurso organizado por el canal autonómico de Andalucía que tiene como objetivo descubrir a los intérpretes más brillantes de la comunidad autónoma. Los ganadores, uno en categoría infantil y otro en la edición para adultos, consiguen sendas becas de estudios valoradas en 10.000 euros.

Marcos Castilla participó en la edición dedicada a los jóvenes virtuosos. Tras superar la fase de admisión, enfrentándose a un total de 50 aspirantes, consiguió la unanimidad del jurado, que le concedió 5 estrellas, la máxima puntuación posible.

La pieza interpretada por el joven fue el famoso tercer movimiento de “Claro de Luna”, de Beethoven. El jurado del programa, formado por la soprano Mariola Cantarero, la cantante Pastora Soler, el violinista Jesús Reina y el cantaor José Mercé, no dudó que Marcos Castilla merecía pasar a la siguiente fase como ganador de la noche. Por su parte, Jesús Reina se refirió a Marcos como “uno de los más grandes talentos musicales que había conocido”.

En la segunda gala del programa, es la dirección musical del programa quien decide qué desafío tienen que superar los concursantes. Como ganador de la gala anterior, Marcos podía interpretar una pieza de su elección. Sin embargo, aceptó el reto del programa: llevar una pieza clásica a un estilo moderno o rock. Marcos Castilla se desenvolvió a la perfección con el tema “Para Elisa”, de Beethoven.  

En la tercera gala, el reto del jurado fue interpretar “Malagueña”, de Ernesto Lecuona, incluyendo una introducción compuesta por el propio Marcos. Nuevamente, despertó el entusiasmo y la unanimidad del jurado, que estuvo de acuerdo en que merecía pasar a la final.

La última actuación de Marcos en el concurso consistió en la interpretación de una pieza de gran dificultad: Libestraum nº3 (“Sueño de Amor”), de Franzt Listz. El jurado alabó su enorme maestría y sensibilidad y, como no podía ser menos, se alzó en el premio. La unanimidad por parte del programa y el jurado fue absoluta. todos estuvieron de acuerdo en que era el mejor pianista que había pasado por “Tierra de Talento” desde su primera edición.

 

Su espontaneidad, su pasión y su brillantez sorprendieron y emocionaron tanto al público como al jurado. Los elogios ante su talento son merecidos, pues estamos convencidos de que esta joven promesa, ganador del concurso, tiene mucho recorrido en el mundo de la música.

Hace cuatro años tuvimos la oportunidad de conocer a Marcos Castilla. Nuestra sorpresa y emoción, al ver su maestría al piano con tan solo 11 años, fueron indescriptibles. Supimos en ese momento que tenía un gran futuro musical.

Recientemente, Marcos Castilla ha obtenido una beca de estudios de la Fundación Málaga para el curso 2022-23 en la Academia Internacional Galamian, donde lleva varios años estudiando.

En Hinves hemos querido reencontrarnos con Marcos para hablar de su excepcional trayectoria musical, que le ha valido el reconocimiento público y una prestigiosa beca.

 

NUESTRA ENTREVISTA CON MARCOS CASTILLA

 

  1. Antes que nada, enhorabuena por ser ganador de “Tierra de Talento”. ¿Cómo te sientes?

Muchísimas gracias. La verdad es que me siento muy feliz y, a la vez, honrado por el reconocimiento recibido, especialmente dada la talla de todos los participantes. Me siento muy afortunado de haber vivido con todos ellos una experiencia única. He aprendido muchísimo de mis compañeros, de sus estilos, de su arte, de su música, de su baile… Y a todos les doy las gracias por ello.

Después de una experiencia como la vivida, donde te enriqueces de tan diferentes estilos, donde la exigencia es altísima, programa tras programa, siento que he crecido muchísimo como músico.

 

  1. ¿Crees que ahora tu vida como pianista profesional va a dar un giro?

“Tierra de Talento”, además de una experiencia inolvidable, es un gran escaparate. La repercusión de este programa es enorme, tanto a través de la televisión convencional, como a través de las redes sociales. Y no solo en Andalucía, sino en todas partes.

Otro aspecto que me gustaría destacar y agradecer es que “Tierra de Talento” acerca al gran público expresiones de arte como la música clásica o la interpretación con instrumentos clásicos, lo cual contribuye al crecimiento del interés por disciplinas, en principio, más minoritarias.

En definitiva, “Tierra de Talento” me ha permitido darme a conocer y esto ya se está traduciendo en oportunidades.

 

  1. Hace unos años nos conocimos en un evento y nos quedamos de piedra al verte tocar uno de nuestros pianos. ¿Qué ha cambiado en ese niño de hace cuatro años y que se ha convertido en el gran pianista que vemos ahora?

Recuerdo ese día como si fuera ayer mismo. Tenía 11 años y no te creas que en el fondo han cambiado tantas cosas. La pasión que sentía entonces por la música es la misma que me mueve hoy. Cuando estoy al piano, siento la misma necesidad de transmitir mis emociones a todos los que me escuchan.

Indudablemente, hay mucho estudio y trabajo en estos cuatro años y, aunque aún me queda mucho por aprender, hoy puedo decir que soy un músico con más formación y madurez.

 

  1. ¿A qué edad empezaste a tocar el piano?

No tengo un momento concreto en el que poder decir que comenzó mi aventura en la música, puesto que he tocado el piano toda mi vida. Tengo fotos con uno o dos años jugando ya con el piano. El piano ha estado presente en mi vida desde siempre. Sí recuerdo que las primeras clases de música comencé a recibirlas con cinco años.

 

  1. ¿Por qué elegiste este instrumento?

Yo diría que fue al revés. Fue el piano el que me eligió a mí. Siempre existió una conexión mágica entre el piano y yo. Desde muy pequeño, el piano fue como un juguete para mí. Con él podía improvisar, crear, jugar, imaginar, soñar… Siento como si el piano y yo hubiéramos crecido juntos. Y, conforme voy cumpliendo años y mis sentimientos van madurando, compruebo cómo el piano me sigue acompañando en este maravilloso camino de la vida, ofreciéndome cosas nuevas y vías diferentes para seguir expresando lo que siento.

 

  1. ¿Qué significa tocar el piano para ti? ¿Qué es lo que te aporta que otras disciplinas no lo hacen?

El piano es mi vida. Es una parte de mí. La música es algo que trasciende al ser humano. Sería impensable la vida sin ella. La música es el lenguaje del alma y el piano es el instrumento que me permite adentrarme en ese universo mágico.

 

  1. Terminaste comprando un piano vertical Essex. ¿Has notado tu evolución como pianista con este instrumento?

Ya lo creo. Destacaría de mi piano la calidez de su sonido, tal vez impropio de los pianos verticales, así como la increíble respuesta y sensibilidad del instrumento. Me permite expresar matices que con otros pianos verticales no es posible.

 

  1. Si ahora mismo pudieras elegir cualquier piano del mundo, ¿cuál elegirías?

Elegiría un piano Steinway Spirio de cola. Cuando uno tiene la suerte de tocar en un instrumento de este calibre, enseguida nota que hablamos de otra cosa. Estos pianos me permiten hacer cosas que con otros no puedo. La interpretación adquiere otra dimensión. La sensibilidad es infinitamente mayor. La expresividad que uno puede lograr es inmensa. Es, sencillamente, algo diferente.

 

  1. Te hemos visto adaptar un estilo musical como es “Para Elisa”, de Beethoven, a rock, jazz… ¿Te ves como compositor en un futuro?

Componer es algo por lo que he sentido vocación desde siempre y a lo que me gustaría dedicar parte de mi vida. Va íntimamente ligado a la interpretación. Para mí la música es mi forma de expresión. A veces lo hago con música compuesta por otros y a veces encuentro la necesidad de hacerlo con mi propia música.

Llevar “Para Elisa” a estilos más modernos es un ejemplo. Disfruté muchísimo con este reto, puesto que suponía, entre otras cosas, demostrar que las grandes obras de arte, como lo es “Para Elisa”, de Beethoven, van más allá de cualquier elemento o patrón musical preestablecido. Es música universal, eterna.

Mezclé ritmos, cambié tonalidades, melodías… La pieza me llevó de forma natural a “I will survive”, de Gloria Gaynor. Fue increíble. Me divertí muchísimo componiendo estos arreglos y con la posterior interpretación. Por supuesto, siempre desde el mayor respeto a la grandiosa obra de Beethoven, uno de mis compositores favoritos, quise mostrar que lo clásico y lo moderno, al final, son dos caras de una misma moneda.

Mariola Cantarero, gran soprano y jurado de “Tierra de Talento”, me dijo una vez que “en definitiva, el sentimiento es uno, da igual lo que seamos, si somos clásicos, flamencos o lo que sea”. Y eso, precisamente, fue lo que quise plasmar en esa improvisación.

 

  1. ¿Cuál es tu pianista o compositor favorito? ¿En quién te inspiras para interpretar como lo haces?

¡Hay tantos! De todos los pianistas descubro elementos geniales que intento aprender e interiorizar. Disfruto con Arthur Rubinstein interpretando a Chopin o con Daniel Barenboim y Beethoven, con Krystian Zimerman, Vladimir Horowitz, Evgeny Kissin, Grigory Sokolov, Lang Lang, Valentina Lisitsa, Jorge Luis Prats… La lista es interminable. No paro de escucharlos a todas horas.

En cuanto a mis compositores clásicos favoritos, debo decir que escucho sobre todo a los pianistas románticos y, muy en especial, a Franz Liszt y Frédéric Chopin. A lo anterior habría que sumar, por supuesto, toda la infinita y grandiosa obra de Beethoven y Mozart.

Y, evidentemente, son también, para mí, fuente de inspiración y aprendizaje mis queridos y admirados profesores, los maestros Misha Dacic, Josu de Solaun y Jesús Reina, en la Academia Internacional Galamian de Málaga, además de Alejandro Díaz, en el Conservatorio Martín Tenllado.

Pero, como decía antes, no solo los clásicos son fuente de inspiración para mí. Desde muy pequeño, hemos escuchado en casa música de todos los estilos; clásico, por supuesto, pero también música moderna: rock, jazz, flamenco, pop, ritmos latinos… Puedo decir que encuentro inspiración en todo tipo de música y me lo paso genial tocando cualquier cosa al piano. Por ello, también disfruto muchísimo escuchando a Peter Bence, Michel Camilo, Chick Corea o Chucho Valdés, entre otros.

Al final, se trata de ser capaces de lograr que la gente disfrute y se emocione con lo que hacemos. Y creo que, en música, todo suma.

 

  1. ¿Tienes alguna anécdota o alguna experiencia curiosa relacionada con el piano? ¿Nos la podrías contar?

Pues, sin ir más lejos, me gustaría recordar el momento en el que nos conocimos. Fue durante un evento en agosto de 2018 en donde había una amplia zona comercial y dos pianos de cola Steinway en exposición. Al verlos, les dije a mis padres que había visto un Steinway y que lo quería tocar.

Me acerqué a la persona que estaba al cargo de la exposición, le pedí tocar el piano y, muy amablemente, me dio permiso. Empecé a improvisar sobre el tema “Take Five”, de Dave Brubeck, ja, ja, ja.

Recuerdo que empezó a venir gente. Toqué un par de piezas más y, al finalizar, tuve el honor de ser invitado a tocar en el evento de clausura a la semana siguiente. Interpreté durante una hora un repertorio que preparé durante esa semana. Como te decía anteriormente, tenía 11 años. Fue un final de verano increíble.

 

  1. ¿Cómo te ves dentro de diez años?

Mi sueño sería poder tocar en los grandes teatros del mundo y hacer disfrutar a la gente, con la música y con mi música.