En nuestra sección “Artista del mes”, hoy nos entrevistamos con Rasmus Schrøder, vocalista, bajo y pianista del grupo musical danés “The Beatophonics”.
THE BEATOPHONICS, UN GRUPO MOD EN EL SIGLO XXI
El grupo de powerpop es una de esas rarezas con las que nos deleitan los nórdicos. Con la estética de los años 60 y un estilo que combina el pop, el beat y el rock, su música es un claro homenaje a los grandes grupos de las últimas décadas.
En sus discos, encontramos canciones que recuerdan a The Raspberries, Elvis Costello, ELO o The Zombies, entre otros. Formado en 2010, el año pasado publicaron su tercer álbum y ahora esperamos su gira por España en 2021.
Durante nuestra entrevista con el vocalista, bajo y pianista del grupo, Rasmus Schrøder, nos habló sobre su pasión por la música y sobre su descubrimiento de los pianos Boston cuando estaban grabando un vídeo para una de las canciones de su último álbum, «Let’s do this».
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El lugar elegido para la grabación del tema fue el aeropuerto de Copenhaguen, un edificio de 1939 que acoge un piano de cola Boston que usaron en el vídeo. Lo que más sorprendió a Schrøder fue su excelente sonido, por lo que aprovechó la ocasión para disfrutar de él después de grabar la canción.
NUESTRA ENTREVISTA CON RASMUS SCHRØDER
A continuación, reproducimos nuestra entrevista con Rasmus Schrøder para Hinves.
¿A qué edad empezaste a tocar el piano? ¿Fue decisión tuya?
Mis padres enviaron a mis hermanos mayores a aprender piano con el organista de la iglesia local, pero, por alguna razón, a mí nunca me enviaron. Siempre ha habido un piano en mi casa con el que trasteé mucho, pero no empecé a tocar realmente hasta que tuve 13 o 14 años. En mis años de instituto me lo tomé más en serio, más o menos al mismo tiempo que empezó mi obsesión por los sintetizadores antiguos.
¿Cuál fue tu primer piano? ¿Lo sigues teniendo?
El piano de mi infancia fue un piano Søren Jensen, de construcción danesa, que desafortunadamente ya no existe. Cuando me mudé a Copenhague para perseguir mis ambiciones musicales, compré un bonito Kawai K-15 vertical que me siguió durante muchos años. Así que, el K-15 fue mi primer piano en mi propia casa.
¿Cuál ha sido el momento profesional más emocionante de tu vida?
Ha habido muchos momentos emocionantes, pero últimamente pienso en la gira con el álbum «Let’s Do This», en febrero y marzo de 2020, antes de que nos confinaran a causa de la COVID-19. TheBeatophonics siempre ha sido una banda muy ruidosa y de ritmo rápido, pero el nuevo álbum contenía un par de canciones más tranquilas y no me di cuenta de lo diferente que sería esa experiencia. Al menos no hasta el concierto de apertura de la gira. Así que un millón de pensamientos pasaron rápidamente por mi cabeza durante esos tres minutos de nerviosismo. Mientras la primera canción empezaba súper tranquila, el público nos siguió y ¡fue un gran alivio! Todo funcionó muy bien y el público captó el nuevo estilo.
¿Y el más complicado o frustrante?
Haber tenido que suspender la gira por la pandemia, sin duda. Nos las arreglamos para tocar 11 conciertos en la última gira antes de que nos cerraran por la pandemia. Fue muy decepcionante, ya que la banda estaba muy unida y estábamos trabajando con nuevos roles en el piano y teclado. Esperamos con muchas ganas tocar el próximo verano y que nuestra gira indoor en el otoño de 2021 nos lleve a España también.
¿Quién ha sido tu mayor inspiración?
He tenido muchas inspiraciones diferentes, pero para nombrar una diría que la Electric Light Orchestra siempre se ha destacado, con su distinguida composición y arreglos. Especialmente el período 1976-1981, con la que, en mi opinión, fue la alineación definitiva con el pianista-teclista Richard Tandy en su mejor momento. «Out Of The Blue», de 1977, está en mi lista de «álbumes de islas desiertas» y los arreglos de piano y teclado que contiene son excepcionales. Tandy trabaja con los sintetizadores estándar de oro de la época, Arp y Moog, y crea un universo de sonidos muy único y personal.
Si pudieras ser otra persona por un día, ¿quién te gustaría ser?
Esa es una pregunta muy delicada que me hace plantear otra: ¿significaría que la persona que sería yo por un día se convertiría en mí por un día? Si es así, creo que debería ser una persona no especialmente interesada en las mujeres o en gastar dinero. Bueno, supongo que prefiero ser yo mismo, es mucho más fácil. Y, después de 50 años, me he vuelto bastante bueno en ello.
¿Tienes alguna manía antes de salir al escenario?
En realidad, no. No. Aunque me resulta un poco difícil salir al escenario sin cepillarme los dientes…
¿Qué querías ser de pequeño?
No empecé a pensar en eso hasta que estaba en el instituto y para entonces pensé que estudiar Derecho sería una idea brillante. Pero entonces la música tomó el control y tuve que seguir con eso. La idea de estudiar Derecho no era tan mala en retrospectiva. Hay un chiste sobre la complejidad del negocio musical actual: «Si quieres ganarte la vida como músico, empezarás por estudiar en una escuela de negocios. Después estudiarás en la escuela de derecho y luego empezarás a buscar un bajista y un baterista…».
Si no hubieras sido pianista y músico, ¿qué te hubiera gustado ser?
Sé que esta respuesta no es especialmente colorida, pero para ser honesto no puedo pensar en nada que prefiera hacer más que ser parte de la industria musical. Tengo la oportunidad de trabajar con todas las cosas que amo: promover y tocar en conciertos, componer y grabar. Y como bonus, puedo trabajar con mucha gente talentosa e inspiradora. No esperes que haga algún cambio peculiar de profesión por mi parte.
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