Continuando con nuestra recién estrenada sección “Artista del mes”, hoy nos entrevistamos con Moisés P. Sánchez. Conoceremos la biografía de este joven músico, referente del jazz europeo, y descubriremos quién y qué le inspira en su carrera.

MOISÉS P. SÁNCHEZ, IMPROVISACIÓN Y JAZZ EN ESTADO PURO

Moisés P. Sánchez se define a sí mismo como un músico inquieto, ecléctico y amante de un gran espectro de estilos musicales. En sus composiciones e interpretaciones las fronteras se diluyen. Incorpora estilos dispares (rock sinfónico de los setenta, música clásica y música contemporánea) a su manera de entender el jazz. Su objetivo es transmitir al público que todo puede convivir.

Nacido en Madrid hace 40 años, su iniciación en la música fue muy precoz. Comenzó a tocar el piano con solo tres años y realizó su primera gira como músico profesional a los 17 años.

De esta etapa recuerda el gran esfuerzo que suponía para un niño la obligación de sentarse al piano tres horas diarias de forma ineludible. La adolescencia, y su inherente rebeldía, trajo consigo conflictos familiares, especialmente con su padre.

Ya desde la serenidad que da la madurez, se siente eternamente agradecido a sus padres por la oportunidad que le dieron. Gracias a ellos, hoy día es un músico reputado con un gran bagaje a sus espaldas a pesar de su juventud.

Por el camino, aparcó otras facetas, como la de futbolista, imposibles de compatibilizar con la música. Y, por decisión propia y plenamente consciente, tampoco tiene descendencia.

Su compromiso con la música es inconmensurable. Confiesa que solo tiene una línea roja, los mensajes en los que no cree, pero no descarta ningún estilo musical. Esa versatilidad le ha llevado a grabar media docena de trabajos propios, adaptaciones de Bach o Stravinsky y un sinfín de colaboraciones con otros artistas. También se ha adentrado en la producción musical de obras muy diversas, que van desde la canción andaluza (Juan Valderrama) hasta el rap (Nach).

Sin embargo, su verdadera pasión es el jazz. Lo que más le atrae de este estilo es la improvisación, de la que habitualmente hace gala en sus actuaciones. El jazz le ofrece la posibilidad de desplegar toda su creatividad haciendo música a su manera, sin encorsetar.

Esa forma de tocar es, para Moisés P. Sánchez, el verdadero aprendizaje: asumir el riesgo de equivocarse. John McLaughlin, Wayne Shorter y Charles Lloyd son algunos de los grandes improvisadores que más admira.

En cierto modo, traslada esa esencia a las grabaciones. Realiza tomas completas y selecciona las que más le convencen para plasmarlas en sus discos. Siete obras conforman, por el momento, su discografía: ‘Unbalanced’ (2019), ‘Metamorfosis’ (2017), ‘Soliloquio’ (2014), ‘Ritual’ (2012), ‘Dedication’ (2010), ‘Adam the Carpenter’ (2007) y ‘There’s Always Madness’, su último trabajo.

Moisés ha colaborado con músicos de renombre como John Adams y la Orquesta Nacional de España, Plácido Domingo, Benny Golson, Jorge Pardo, Chuck Loeb, Eric Marienthal, Wolfgang Haffner, Chano Domínguez, Javier Vercher, Pablo M. Caminero, Luis Verde, Javier Paxariño, Carmen París, Cristina Mora, Pasión Vega, Noa Lur, Ara Malikian, Fernando Egozcue, Chema Vílchez, Albert Vila y otros muchos.

CONVERSAMOS CON MOISÉS P. SÁNCHEZ

P: ¿A qué edad empezaste a tocar el piano?

R: Comencé a tocar a los tres años.

P: ¿Cuál fue tu primer piano?

R: Un Yamaha U3, el cual todavía conservo.

P: ¿Cuál ha sido el momento profesional más emocionante de tu vida?

R: Pues, posiblemente, la nominación a los Grammy Latinos por mi disco ‘Unbalanced’ el año pasado.

P: ¿Quién ha sido tu fuente de inspiración?

R: Hay varios, evidentemente, pero uno de ellos ha sido Béla Bartôk, sin duda. Además, Lyle Mays, Brad Mehldau, Keith Jarret, Pat Metheny, Tigran Hamasyan… ¡Hay tantos!

P: Si pudieras ser otra persona por un día, ¿quién te gustaría ser?

R: ¡Uf! No lo tengo claro porque me cuesta imaginármelo, pero sería sin duda alguien ajeno a la música. Siempre he admirado mucho a José Saramago y a Ernesto Sábato, por ejemplo.

P: ¿Tienes alguna manía?

R: Cerrar la tapa del piano siempre que termino de tocar en directo.

P: ¿Qué querías ser de pequeño?

R: Me hubiese gustado ser creador de videojuegos o futbolista en su momento, pero al empezar de tan pequeño, siempre estuve muy dirigido a la música.

P: Si no hubieras sido músico, ¿qué te hubiera gustado ser?

R: Más o menos lo que respondo en la anterior pregunta, creador de videojuegos o futbolista, seguramente.