No solo sucede en la música. El academicismo muchas veces coarta el impulso de improvisación de los alumnos de cualquier disciplina. Sin embargo, el campo de las artes es un ámbito en el que la improvisación se debería fomentar más.
En muchas ocasiones son los propios alumnos quienes tienen miedo a la improvisación, principalmente por dos motivos. Por un lado, por la falta de formación, cosa lógica puesto que están aprendiendo, y por otro, por mitos e ideas preconcebidas como que la capacidad de improvisación es una cualidad que sólo poseen algunas personas y que no se puede adquirir.
LA IMPROVISACIÓN EN LA MÚSICA
Afortunadamente existen alternativas para la enseñanza de la música como el IEM (Instituto de Educación Musical Emilio Molina) que desde hace dos décadas lleva a cabo una labor pedagógica basada en la improvisación, la comprensión musical, la creatividad, la práctica y el análisis.
El IEM organiza de forma periódica cursos de improvisación, pedagogía y temáticas afines por toda la geografía española y también en el extranjero. Además, su labor se complementa con la organización de congresos y con una editorial propia que publica y distribuye libros con aplicaciones didácticas de su metodología.
En sus cursos se imparten materias relacionadas con la improvisación individual y colectiva, entre otras, todas ellas encaminadas a fomentar que los alumnos desarrollen su sensibilidad e imaginación, además de una profunda comprensión de la partitura.
Para desarrollar esta metodología, los profesores deben poner en manos de sus alumnos los recursos necesarios que les acompañen en su aprendizaje comprendiendo el lenguaje musical de manera que no sean sólo meros ejecutores de las partituras sino que se conviertan en auténticos intérpretes.
Así, llegado el momento de comprar un piano o cualquier otro instrumento el alumno habrá alcanzado una comprensión de la música que toca y escucha, analizando todos los elementos que la integran (ritmo, melodía, armonía y forma) además de las características propias de cada estilo y compositor.
En nuestra tienda de pianos creemos mucho en esta iniciativa que emplea la improvisación como base del aprendizaje, ya que de esta manera el alumno entiende lo que toca y puede crear, es decir, improvisar, controlando el lenguaje musical.
Con el sistema IEM se aprende a disfrutar de la práctica musical y a utilizar el instrumento como un medio para comprender el lenguaje musical en su sentido global.
Es una metodología que potencia la motivación y la creatividad mediante el análisis de las obras musicales. Además, ayuda a memorizar y a interpretar de forma comprensiva, dando vida a las partituras de forma personal.
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