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Cinco piezas de música clásica para comenzar el verano

La música es emoción. Con cada creación, los compositores buscan provocar un estado de ánimo en la persona que la escucha. Las estaciones, con sus colores y sus sonidos, han servido de inspiración para numerosas composiciones musicales.

Hoy repasamos cinco piezas de música clásica para dar la bienvenida al verano.

1.    “Noche de verano en el río”, de Frederick Delius

Los ríos también son elementos que han dado pie a la creación de espléndidas piezas musicales. El compositor británico Frederick Delius (1862-1934) se caracteriza por un estilo cromático, tonal y lleno de deliciosas armonías.

Noche de verano en el río, compuesta en 1911, forma parte de su obra Dos piezas para pequeña orquesta. Se trata de una creación que transmite a la perfección el estado de ánimo relajado y tranquilo de los atardeceres de estío.

2. “Verano” (Las cuatro estaciones), de Antonio Vivaldi

Esta es una de las obras más conocidas del prolífico compositor italiano Antonio Vivaldi (1678-1741). Como uno de los máximos representantes de la música barroca, el estilo característico de Las cuatro estaciones (publicadas en 1725) constituye uno de los primeros ejemplos de música programática o descriptiva.

El elemento narrativo de “Verano” transmite la sensación de calor, la energía de la estación más cálida del año y los contrastes propios de esta época, como la tormenta del último movimiento.

3. “El cisne de Tuonela” (Lemminkäinen Suite, op. 22), de Jean Sibelius

El músico Jean Sibelius (1865-1957) es conocido por ser uno de los mejores compositores finlandeses. Su obra, desarrollada entre finales del Romanticismo y comienzos del Modernismo, se hizo muy popular por su estilo incidental y sus poemas sinfónicos.

Lemminkäinen Suite, compuesta en la década de 1890, es una pieza orquestal en cuatro movimientos basada en la epopeya finlandesa Kalevala. El segundo movimiento, “El cisne de Tuonela”, la pieza más popular, evoca la atmósfera calmada y serena de una tarde de verano.

4. “Verano” (Las estaciones, op. 37a), de Piotr Ilich Chaikovski

El compositor ruso Chaikovski (1840-1893) es autor de algunas de las obras musicales más famosas del Romanticismo. En 1875, recibió el encargo de componer Las estaciones, un conjunto de doce piezas cortas para piano.

Chaikovski describió en cada pieza las características de los meses del año en Rusia. La parte dedicada a los meses de verano (“Barcarola”, “Canción del segador” y “Cosecha”) nos transporta a la calidez estival en el campo.

5. Música de verano, de Samuel Barber

La obra del compositor estadounidense Samuel Barber (1910-1981) se caracteriza por una orquestación poética, refinada y melódica que ha sido descrita como neorromántica.

Música de verano (1959) es una pieza de música de cámara compuesta para quinteto de viento en la que se aprecian ciertas influencias de Gershwin y Stravinsky. Las florituras solistas de flauta, oboe, fagot, clarinete y trompa se combinan entre sí, evocando la alegría y la energía de la época estival.

Hasta aquí, nuestra selección de piezas musicales clásicas para recibir el verano. ¿Qué otras composiciones añadirías a esta lista?

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