Hoy quiero contaros una anecdotilla a propósito de Steinway & Sons. En mis años de estudiante en el Conservatorio Superior de Música de Salamanca, que recuerdo con mucho cariño y de los que estoy satisfecho cuando echo la vista atrás, los estudiantes de piano teníamos el privilegio de estudiar en todos los pianos de cola del centro siempre que estuvieran disponibles, y ¡hasta las 23.30! Durante mi último año allí (allá por el curso 2007-08) un profesor del departamento se desplazó a Hamburgo para una formidable adquisición: dos pianos Steinway. Era el tema del que todos los estudiantes de piano hablábamos por esos días: ‘¿Has probado ya los Steinway?’,’¡Qué diferencia con los otros pianos!». Claro que, cuál fue nuestra sorpresa cuando, a los pocos días de poder disfrutar de ellos, nos encontramos con que la tapa estaba cerrada con un candado especial para tapas de piano!! Alguna mente brillante del departamento pensó que lo mejor era que esos pianos se usaran exclusivamente durante las clases, pero no para el estudio personal del alumnado.
Personalmente creo que los pianos están para ser tocados, más aún un piano de tan alta calidad como estos. Por otra parte los alumnos de los conservatorios españoles somos, pienso y espero no equivocarme, suficientemente civilizados y responsables para estudiar en pianos de propiedad pública como si fueran nuestros, con el mismo cuidado. ¿Estáis de acuerdo? Ahí queda. Tiempo para el debate.
Eduardo Palomares,
Titulado superior de piano,
Master en Interpretación pianística por la Academia Sibelius de Helsinki