Un punto en el que la magia es vista desde otro lugar, el trabajo que no se muestra. Se proyecta con otros ojos y se percibe y escucha de otra manera.
En esta ocasión para no variar la puntualidad nos exige ser cómplices de ella. Nos grita de nuevo que una vez más la tengamos en cuenta. La coordinación y el trabajo en equipo son necesarios para un servicio de alquiler de concierto. La luz y la acústica, importantes matices que no se dejan escapar y que se combinan con el lugar del evento y el tiempo. El montaje y la puesta a punto del instrumento, la ubicación. Se empieza desde el silencio para dar paso a la melodía.
No sé si se disfruta más cuando se vive desde atrás. Lo que si se es que en mi opinión, un alquiler de piano para un concierto no es un simple transporte. Sokolov, Diana Krall, Mitsuko Uchida, o simplemente un pequeño concierto en el sitio más recóndito para un pianista principiante. Todos son nuestros clientes. Da igual el nivel o la talla del artista. Simplemente son eso, artistas. Músicos que hacen representaciones del arte en su estilo más puro, más vivo.
Sensaciones y emociones juntas se disparan. Los nervios, sutiles, nos hacen trabajar con ligereza y acercarte lo más posible a la perfección. Es como una adrenalina canalizada, constructiva.
El fin último de todo esto y el objetivo es siempre el mismo. El alquilar un piano para un concierto es nuestro granito de arena para acercar la música al hombre, es nuestra aportación a esta armonía. Enseñar de qué está compuesta la música, mostrar su cuerpo, su alma y su esencia. Su parte más íntima. Para mí la música es la composición y el arte más humilde y grato del que la raza humana es creador y artífice.
La consecuencia de todo esto da paso a que el artista pose su pincel sobre el lienzo, sus manos sobre las teclas y comience el espectáculo. Motor de uno de los barcos que navegan la cultura. Su océano es la curiosidad y la expectación del público. La elegancia del piano sólo es comparable con un mar en calma, su medio son las olas, en este caso las notas en el piano. Es grandeza. La melodía comienza cuando se sincroniza el saber música con el querer expresarla y le añadimos lo más importante, amarla. Un piano de cola de concierto en una sala cualquiera de este planeta en este momento está siendo objeto de escucha.
La realidad indiscutible de todo esto es que la música nos mueve con emociones, que es una emoción por sí misma.
Mi llamamiento a todos vosotros es que no dejéis de ir a los conciertos, que no dejéis de disfrutar de la música, no os perdáis esto porque no es justo para vuestros sentidos, no lo es. La música es vida, disfrutad de ella.
Santiago Hinves Ballesta