Nacido en Madrid, Andrés Navarro Comas es un joven pianista que ha logrado importantes premios y reconocimientos a pesar de su edad.
Inició sus estudios musicales a los siete años con Teresa Naranjo y con Mercedes Lecea en el Conservatorio Profesional de Música “Amaniel” (Madrid), donde obtuvo el Premio de Honor Fin de Grado Profesional.
En el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid prosiguió sus estudios con Ana Guijarro y, de allí, pasó a la Escuela Superior de Música Reina Sofía, también en la capital. De su formación con la Profesora Galina Eguiazarova.
En 2019 llevó a cabo una serie de conciertos en Argentina bajo el patrocinio de Acción Cultural Española, en el 80 aniversario de la llegada de Manuel Falla a este país actuando en diferentes escenarios de Buenos Aires, Córdoba y Alta Gracia lugar de residencia de Falla Recientemente ha debutado en Bruselas con la Brussels Philharmonic Orchestra en un homenaje al compositor Saint.Säes y en Suiza donde ofreció un concierto en el Palais de l’Athenée de Ginebra.
En 2020 realizó un master of performance con la profesora Norma Fisher en la Royal College of Music de Londres (Reino Unido). Tras obtener la máxima distinción en este curso, continúa con su preparación con Nelson Goerner en la Haute École de Genève (Suiza), donde estudia un master soliste.
UN JOVEN PIANISTA CON UNA GRAN TRAYECTORIA
Su madurez, su seguridad y su técnica le han valido numerosos premios. Entre ellos, destacan el premio de la crítica y accésit de El Primer Palau (Fundació Orfeó Català-Palau de la Música Catalana), el primer premio en el Concurso Internacional de Música de Cámara de Arnuero (Cantabria) y en el Piano Meeting de Ourense.
A estos, se suman el segundo premio y premio a la mejor interpretación de una obra española en el Concurso Internacional de Música de Cámara “Antón García Abril” (Granada), así como la mención honorífica en el Concurso Internacional de Alcobaça (Portugal). Recientemente, ha sido finalista en el Parkhouse Award de Londres.
La presencia de Andrés Navarro es habitual en los circuitos musicales más relevantes a nivel nacional e internacional.
Ha ofrecido conciertos en Austria, Colombia, Hungría, Inglaterra, Portugal y España, entre otros países. Entre los escenarios españoles que ha pisado, podemos citar el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el Teatro Real de Madrid, los Teatros del Canal (Madrid), el Palau de la Música de Valencia o el Palacio de Festivales de Cantabria.
Fuera de nuestras fronteras ha actuado en el Wigmore Hall de Londres, en el Museo Nacional de Colombia, en la Wiener Saal de la Universität Mozarteum de Salzburgo (Austria), entre otros muchos.
Además de sus actuaciones en solitario, ha colaborado con diversas orquestas, como la Orquesta de la Jornada Mundial de la Juventud, la Orquesta Sinfónica de la Escuela Reina Sofía, la Orquesta Santa Cecilia o la Orquesta Sinfónica Amaniel.
Los festivales más relevantes, tanto de nuestro país como del extranjero, solicitan su participación. Su presencia es continuada encuentros como el Festival Fringe de Torroella de Montgrí (Cataluña), el ciclo Pianos de Primavera de la Universidad de Sevilla, la Semana Inusual de la Música de Santander, el ciclo Clásicos en Verano y el ciclo de Arte Sacro (ambos en la Comunidad de Madrid), el Festival Internacional de Música de Cámara de Stamford (Inglaterra) o el Festival Internacional de Música Contemporánea de Madrid.
NUESTRA ENTREVISTA CON ANDRÉS NAVARRO
En nuestra entrevista con Andrés Navarro quisimos conocer un poco más de su faceta íntima y personal. Esto es lo que nos contó.
- ¿Cuál es tu nombre completo?
Andrés Navarro Comas
- ¿A qué edad empezaste a tocar el piano? ¿Fue decisión tuya?
En realidad, el primer instrumento que aprendí a tocar no fue el piano sino la guitarra, cuando tenía seis años. Unos meses después de empezar las clases de guitarra, mi profesora de música vio que intentaba imitar en el piano las melodías que ella había estado enseñando a sus alumnos de piano y fue así como rápidamente cambié de instrumento.
- ¿Cuál fue tu primer piano? ¿Lo sigues teniendo?
La historia de mi primer piano es bastante especial. Cuando tenía siete años, subiendo en el ascensor con mi madre, nos encontramos a un vecino al que le comenté que estudiaba en el conservatorio (era mi primer año y estudiaba en un teclado electrónico). Enseguida me invitó a su casa y me pidió que tocase algunas obras. Cuando terminé me ofreció su piano para que me lo llevase a mi casa, ya que él no lo utilizaba.
Le estoy muy agradecido porque estudié en este instrumento durante casi 10 años y alguna vez cuando me lo cruzaba me contaba que me oía estudiar y que notaba mis avances. ¡Se ponía muy contento!
- ¿Cuál ha sido el momento profesional más emocionante de tu vida?
Guardo muy buenos recuerdos de ciertas clases con profesores con los que, de repente, he aprendido cosas que me han supuesto una revelación. También tengo en la memoria momentos artísticos como, por ejemplo, cuando toqué con la Brussels Philarmonic Orchestra el segundo concierto de Saint-Saëns o los conciertos que ofrecí en Argentina para homenajear a Manuel de Falla.
Sentí mucha impresión al ver las casas museo de Alta Gracia y de Granada y al conocer el Archivo Manuel de Falla. Ahora mismo también estoy viviendo un momento muy emocionante, ya que actualmente estudio en Ginebra con Nelson Goerner, que es un pianista excepcional del que estoy aprendiendo mucho.
- ¿Y el más complicado o frustrante?
He sentido frustración en muchos momentos, especialmente estudiando, ya que siempre hay sonidos que uno imagina y que no consigue realizar. Por supuesto, frustra mucho preparar bien un recital y llegar a un escenario en el que piano no responde como uno quiere. Tener la sensación de que todo lo estudiado no se puede llevar a cabo es muy decepcionante.
- ¿Quién ha sido tu fuente de inspiración?
En realidad, dependiendo del momento encuentro una fuente de inspiración diferente. Pueden ser paisajes, la naturaleza, experiencias vividas, conversaciones, conciertos a los que he asistido, libros que he leído, grabaciones de Perahia, Friedman, Horowitz…
Siempre trato de aprender de cada actividad y de cada experiencia. Quizás la curiosidad por conocer las intenciones del compositor al escribir la obra y la búsqueda del sonido para reflejar esas ideas musicales es lo que más me inspira.
- Si pudieras ser otra persona por un día, ¿quién te gustaría ser?
Me gustaría ponerme en la piel de alguien como Glenn Gould y saber cómo se siente uno al tocar teniendo semejante creatividad y control de las voces. Este cambio “por un día” estaría acotado al ámbito musical, ya que en otros aspectos creo que su personalidad fue algo compleja.
- ¿Tienes alguna manía antes de salir al escenario?
La verdad es que no tengo rituales ni manías. Sí que me gusta reservarme unos minutos para concentrarme al máximo y sentir el carácter de la música que voy a tocar. Pero no lo considero un ritual.
- ¿Qué querías ser de pequeño?
De pequeño, me gustaba mucho mirar el cielo por la noche y ver las estrellas. Sentía mucha curiosidad por saber qué había más allá y viajar a lo desconocido para descubrirlo, por lo que astronauta era una de las respuestas que solía dar a esta pregunta.
- Si no hubieras sido pianista, ¿qué te hubiera gustado ser?
Creo que me hubiera gustado ser piloto de avión. De alguna manera, está relacionado con mi vocación infantil. Viajar es algo que me encanta y, además, cuando voy a los aeropuertos disfruto viendo los distintos modelos de aviones y los diferentes destinos. Se siente mucha calma cuando uno está por ahí arriba volando.
Aunque no sé si al final me gustaría porque, como todos sabemos, los pilotos tienen unos horarios muy extremos y a mí me gusta dormir.