En esta ocasión nos acercamos a la figura de David Sancho, pianista, compositor y productor que combina la música clásica con destacadas incursiones en el jazz más actual.
David Sancho (Madrid, 1987) se graduó en Piano y Pedagogía del Piano en el Conservatorio Superior de Música de Madrid. Posteriormente, obtuvo el título de Piano Jazz por el Conservatorio Superior de Rotterdam (Codarts Hogeschool voor de Kunsten).
De la mano de grandes maestros como Rubén Fernández Piccardo, Fernando Puchol, Akiko Ebi, Sebastián Mariné, Kris Goessens, Rob van Bavel, Jason Moran o Dado Moroni perfeccionó su técnica hasta destacar en la escena musical como uno de los principales pianistas clásicos y jazzistas del momento. Se ha alzado con importantes premios como el Leidse Jazz Award (2011) entre otros.
Músico habitual de los principales festivales de todo el mundo, ha estado presente en el European Jazz en Qatar, North Sea Jazz, Izmir Music Festival, Leidse Jazz Week, Midem Jazz Festival, Festival Jazz Vitoria, Universijazz, AIE en Ruta, Festival Jazz Madrid, Voll-Damm Jazz Festival Barcelona, Bienal de Flamenco de Sevilla, La Bilbaína Jazz, Festival de Jazz de Santander y una intemrinable lista.
Con Moisés Sánchez Ensemble ha colaborado en la interpretación de La Consagración de la Primavera (Stravinsky) y ha grabado el disco Unbalanced, nominado al Grammy latino al mejor disco instrumental en 2019.
El jazz es una de sus pasiones y en este campo destaca tanto por sus propias producciones como por su participación en bandas como Monodrama (junto a Mauricio Gómez al saxofón y Alberto Brenes a la batería) y en Sanchema, dúo que forma junto al guitarrista Chema Sáiz y que combina sabiamente el jazz de vanguardia con estilos como la música electrónica y el post rock.
Como productor y compositor ha colaborado en la creación de los tres discos de la banda de hip-hop jazz The Breitners. Asimismo, ha participado en los arreglos y composición del disco de neo soul Una necesidad, de Miryam Latrece. Suyos son también la composición y arreglos de la banda sonora de la serie Malaka (RTVE), creada junto a Pablo Martín Jones.
Colabora habitualmente con otros músicos, como Jorge Pardo, Rosario la Tremendita, Noa Lur, Antonio Lizana, Shariff & Mxrgxn, Henry Cole, Cristina Mora, Ariel Brínguez, Alondra Bentley, Reiner Elizaldre y Jesús Caparrós, entre otros muchos.
Su primer disco, Piano solo, se publicó en 2019 y fue el resultado de su colaboración en el proyecto MIR (Músico Interno Residente) en el Hospital Universitario 12 de Octubre. A este trabajo le siguió From home (2020), grabado durante el confinamiento.
Su tercera obra, Pacemaker, es un proyecto en colaboración con Marta Mansilla.
NUESTRA ENTREVISTA CON DAVID SANCHO
Como siempre, quisimos acercarnos al lado más íntimo y persona de David Sancho. En nuestra entrevista nos cuenta algunos de sus recuerdos, aspiraciones y sueños.
¿Cuál es tu nombre completo?
David Sancho Mangas
¿A qué edad empezaste a tocar el piano? ¿Fue decisión tuya?
Empecé a tocar el piano a los siete años. La decisión de elegir piano y no otro instrumento se la debo a mi madre, quien (con buen tino) decidió ponerlo como primera opción en las pruebas de acceso al Conservatorio Profesional.
¿Cuál fue tu primer piano? ¿Lo sigues teniendo?
Mi primer piano fue un Symphony. Imagino que era un piano de gama muy baja, por lo que al comprar el siguiente piano nos deshicimos de él.
¿Cuál ha sido el momento profesional más emocionante de tu vida?
Pues he tenido varios. Poder ser cabeza de cartel en el Festival de Jazz de Madrid 2020 a Piano Solo es uno de ellos. Tocar en el Auditorio Nacional fue otro. La primera vez que toqué en el Café Central fue otro momento muy especial.
¿Y el más complicado o frustrante?
Me considero muy afortunado a nivel profesional, pero podría dar un par de ejemplos. El primero es la docencia a quien no quiere recibirla, lo cual hace casi imposible el intentar compartir tu conocimiento con otra persona. La segunda es la nocturnidad con la que hay que realizar nuestra profesión a veces. Prefiero madrugar a trasnochar.
¿Quién ha sido tu fuente de inspiración?
Hay tantas que me es difícil quedarme con 20 o 30 ejemplos, así que acotaré al sector pianístico: J.S. Bach, Beethoven, Brahms, Chopin, Bartok, Ligety, Bill Evans, Robert Glasper, Brad Mehldau, Moisés P. Sánchez…
Si pudieras ser otra persona por un día, ¿quién te gustaría ser?
Me gustaría ser el mismo, pero sin cargar teclados ni tener que conducir. Ja, ja, ja, ja.
¿Tienes alguna manía antes de salir al escenario?
Sí, hago calentamientos y saltos como si fuese futbolista. Y, si actúo acompañado, suelo decir a mis compañeros: “nos vemos en la Coda”.
¿Qué querías ser de pequeño?
Mi padre me “edulcoraba” el cuento del gallo Quirico diciendo que se ponía bueno y se iba de gira con los Dire Straits. Estamos hablando de que podía tener 2 o 3 años, por lo que imagino que siempre he querido ser músico.
Si no hubieras sido pianista y músico, ¿qué te hubiera gustado ser?
De no ser pianista, hubiese sido baterista casi con total seguridad. Y de no haber sido músico, habría intentado tener una responsabilidad laboral ligada al deporte (gestión, periodista…). He practicado muchos deportes, y todos mal, así que dedicarme de manera activa no me cabe la menor duda de que hubiese sido un error.