Nuestra sección está dedicada en esta ocasión al pianista y compositor vasco Iñaki Salvador, infatigable profesional que reparte su actividad entre la interpretación, la composición musical y la docencia.
Nacido en San Sebastián en 1962, cursó estudios clásicos de Piano, Acordeón, Armonía, Contrapunto y Fuga de la mano de maestros tan prestigiosos como Jesús González Alonso y Francisco Escudero García de Goizueta, entre otros.
Una de sus pasiones es el jazz, estilo que comenzó a experimentar de manera autodidacta. Posteriormente, asistió a clases magistrales de artistas internacionales de la talla de Zé Eduardo, Dave Liebman, Richie Beirach, Lluis Vidal, Billy Hart y Roc McLlure. Además, se formó en reconocidas escuelas de Barcelona, como el Taller de Musics o el Aula de Música Moderna y Jazz.
UN PIANISTA ENAMORADO DEL JAZZ
Podríamos decir que la esfera profesional del Iñaki Salvador gira sobre un eje: la música de jazz. Liderando sus propios grupos de jazz (Iñaki Salvador Trío, Naima Quartet, Andrzej Olejniczak & Iñaki Salvador Quartet, Iñaki Salvador & Zilbor Hestea, Iñaki Salvador Noneto) ha editado más de 15 discos.
Sus actuaciones se pueden disfrutar por todo el mundo. Dentro de nuestras fronteras, ha ofrecido conciertos en Jazzaldia (San Sebastián, Vitoria y Getxo), Festival Internacional de Jazz de Madrid y otros eventos en Barcelona, Sevilla y otras ciudades.
Ha participado festivales de jazz en Berlín (Alemania), Brujas (Bélgica), Bucarest (Rumanía), Manchester (Reino Unido), Quito y Guayaquil (Ecuador), Manizales (Colombia) y Nueva York. En Francia, destaca su actuación en el Marché International du Disque et de l’Edition Musicale (MIDEM), uno de los principales eventos musicales a nivel mundial y que se celebra en Cannes.
De sus colaboraciones con otros músicos han surgido más de 100 trabajos discográficos y actuaciones en directo con Allan Skidmore, Jean Toussaint, Jesse Davis, Charles Tolliver, Alvin Queen, Perico Sambeat, Mikel Andueza, Jorge Pardo, Uffe Markussen, Pedro Iturralde, Bill Saxton, Joaquín Chacón, Reggie Johnson, Joan Sanmartí, Dusko Gojkovic y muchos otros.
Especialmente reseñable es el dúo que Iñaki Salvador y Alexis Delgado formaron en 2014, Johann Sebastian Jazz. Del la pasión de ambos artistas por la música de piano y las obras de Bach, surgió este proyecto que, basado en la improvisación, busca descubrir las infinitas posibilidades del compositor alemán.
El universo sonoro de Johann Sebastian Jazz combina sabiamente música clásica y jazz, ofreciendo una nueva forma de aproximarse a Bach. Desde 2014, el dúo ha actuado en espacios tan importantes como Jazzaldia (San Sebastián), el Festival Internacional de Jazz (Madrid), el auditorio de la Fundación Juan March, el museo Chillida Leku (Hernani, Guipúzcoa), el Teatro Real o el emblemático Café Central la capital española.
SU FACETA COMO COMPOSITOR ARREGLISTA
En su faceta como compositor y arreglista destacan sus trabajos para espectáculos de teatro y danza, como Trapu Zaharra y Ur Teatro, así como todos los espectáculos de su propia compañía, Vaivén Producciones.
También compone música para cine, radio y televisión. Entre sus trabajos, podemos citar la música de los largometrajes Urte Illunak, Maité, Sí, quiero y Kutzidazu bidea, Ixabel.
Durante 25 años trabajó junto al cantante Mikel Laboa en todos sus conciertos y grabaciones. Además, ha colaborado en los discos de artistas como Txomin Artola, Oskorri, Imanol, Luis Eduardo Aute, Mikel Markez y Golden Apple Quartet, entre otros.
Su trabajo junto a Santiago Auserón y Carles Cases para Tanttaka fue finalista en los premios Max. Recibió el premio Max 2009 por el espectáculo Hnuy Illa, de cuya música es autor.
La docencia es otra de sus pasiones. Imparte clases y seminarios en escuelas y conservatorios, como el Aula de Música Moderna y Jazz de Barcelona y el Taller de Musics, de la misma ciudad. Ha sido profesor de Música Moderna en la escuela Jazzle (San Sebastián) y en la Escuela Municipal de Música y Danza de San Sebastián.
Puso en marcha el departamento de Jazz en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco y allí imparte clases de piano-jazz.
Una trayectoria tan intensa como la de Iñaki Salvador merece el reconocimiento del público. Además de los galardones conseguidos en numerosos festivales de jazz, en 1997 recibió el Premio Tete Montoliu, un evento organizado por la Fundación SGAE en torno al jazz.
NUESTRA ENTREVISTA CON IÑAKI SALVADOR
Invitamos a Iñaki Salvador a entrevistarse con Hinves para responder algunas preguntas que nos ayuden a conocer su faceta más personal.
Esto es lo que nos contó.
- ¿Cuál es tu nombre completo?
Iñaki Salvador Gil. Nací en Donostia, en 1962.
- ¿A qué edad empezaste a tocar el piano? ¿Fue decisión tuya?
Comencé a estudiar piano hacia los 11 años y fue una decisión de mis padres. Nos apuntaron a todos los hermanos a estudiar música y es una decisión que siempre he agradecido.
- ¿Cuál fue tu primer piano? ¿Lo sigues teniendo?
El primer piano, el piano familiar, fue un Robert Maurell, que hace poco abandonó la casa familiar.
- ¿Cuál ha sido el momento profesional más emocionante de tu vida?
Es tremendamente difícil elegir uno. Esta bendita profesión es para mí una constante oportunidad de vivir momentos llenos de emoción. Cada momento es distinto, qué duda cabe. Unos son emotivos por razones de una naturaleza y los otros lo son por causas de otro tipo, por lo que me vienen a la memoria muchos y variados.
Citaré uno, pero sin demérito de todos los demás: el día 11 de julio de 2006, día en que acompañé por última vez al piano al cantautor vasco Mikel Laboa. Fue un concierto muy especial, en la playa de La Zurriola, de Donostia. Aunque no lo podía saber a ciencia cierta, todos sentíamos que era muy probable que fuese la última actuación de Mikel. En mi caso, la última tras 25 años ininterrumpidos de tocar con él.
- ¿Y el más complicado o frustrante?
Pues también puede haberlos muchos y variados y, sin duda, los hay. Pero, precisamente por serlo, no merecen quedar registrados ni en la memoria ni en documento escrito. Digamos que, de todos modos, he tenido también esa inmensa suerte. Los momentos difíciles no han sido ni tantos ni tan difíciles.
- ¿Quién ha sido tu fuente de inspiración?
La vida en general. Me gusta darle la vuelta a la famosa frase y prefiero decir que la música sin vida sería un error. Todo aquello que vives es fundamental para abordar la música con el necesario y suficiente bagaje emocional.
- Si pudieras ser otra persona por un día, ¿quién te gustaría ser?
Ser otra persona, al menos por un ratito bien largo al día, es un ejercicio que debiéramos hacer más a menudo. Se llama empatía.
Ante una pregunta como esta, la tentación es imaginar cómo pegarse un gustazo y acceder a experiencias placenteras por algún motivo, bien sean de orden sensorial, emocional o intelectual. Pero, como digo, poder ser otro durante un día podría ser también una preciosa oportunidad con dos objetivos: valorar lo que uno tiene, por un lado, y recordarse lo que podríamos o deberíamos hacer para que todos tengan lo que merecen, por otro.
- ¿Tienes alguna manía antes de salir al escenario?
No lo elevaría a categoría de manía, pero es verdad que he mantenido durante tiempo la costumbre de tomarme un vinito rico, un crianza, por ejemplo. Calienta cuerpo y alma.
- ¿Qué querías ser de pequeño?
Jugaba recurrentemente a ser el chófer del autobús urbano que pasaba frente a mi casa y que solía utilizar con asiduidad. Sentado en el sofá, me hacía mentalmente todo el recorrido, parada por parada, desde la Avenida de Madrid, en el barrio de Amara, al Boulevard, en el centro de Donostia. Y vuelta. Varias veces.
- Si no hubieras sido pianista, ¿qué te hubiera gustado ser?
Me apasiona el periodismo. Me hubiera gustado escribir lo que sucede, pero también historias de ficción.