Como cada año, el pasado 11 de diciembre de 2021 tuvo lugar el Concierto Mundial de los Derechos Humanos, un evento que busca favorecer el entendimiento entre culturas y sociedades a través del arte.
Las Naciones Unidas en colaboración con la Fundación Onuart organiza el concierto, que este año alcanza su octava edición, como parte de la agenda de conmemoración del Día Mundial de los Derechos Humanos.
El escenario elegido para simbolizar el compromiso de Naciones Unidas con la vida humana ha sido la Sala de Derechos Humanos y Alianza de Civilizaciones ubicada en el Palacio de las Naciones de Ginebra (Suiza).
La magnífica arquitectura, coronada por una cúpula realizada por el artista Miquel Barceló, alberga un espacio concebido como metáfora de lo que representa Naciones Unidas y donde arte y música se dan la mano.
La sala, conocida como la capilla sixtina de la ONU, es idónea para unir arte, música, solidaridad y esperanza. La música, en esta ocasión y por tercer año, llegó de la mano del maestro Grigori Sokolov, nacido en San Petersburgo (Rusia) en 1950.
En esta ocasión tan especial, Sokolov deleitó a los asistentes con un repertorio que incluyó Kreisleriana, op. 16 (R. Schumann, 1838) y Preludes, op. 23 (S. Rachmaninoff, 1901-1903).
El piano de Grigori Sokolov rindió homenaje a la igualdad, el tema del Día de los Derechos Humanos de este año. Hinves fue el encargado de transportar el piano hasta Ginebra, como siempre con el Maestro, un gran cola Steinway & Sons D274.
Gracias a la colaboración de Medici TV, este concierto llega a millones de personas en los cinco continentes. La octava edición del Concierto de Derechos Humanos es una buena oportunidad para promocionar la igualdad de todas las personas.
La creatividad es, probablemente, la mayor fortaleza de los seres humanos. Su expresión a través de la música tiene el poder de unir a personas de todos los rincones del planeta. Grigori Sokolov nos recordó, una vez más, el compromiso de todos para mejorar la vida humana.
El sonido de su piano, afinado por Patrick Hinves, envolvió la sala con un aura misteriosa y estremecedora que, en estos tiempos desafiantes frente a la pandemia, simboliza nuestras fortalezas y nuestras debilidades como habitantes del Planeta.
La igualdad se encuentra en el centro mismo de los derechos humanos, que muchos de nosotros damos por incuestionables. Sin embargo, para muchas personas en todo el mundo, estos derechos siguen estando fuera de su alcance.
La octava edición del Concierto Mundial de los Derechos Humanos fue un punto de encuentro y una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la promoción de los derechos humanos. Contar por tercera vez con el maestro Sokolov es un honor que esperamos volver a vivir en el futuro.
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